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Moda nupcial para todos los bolsillos

Ya estamos en mayo, llegan la primera, el calor y las primeras bodas de la temporada. Este año tengo nada más y nada menos que 5 bodas y estoy pensando en intentar librarme de alguna, lo malo es que de la única que me puedo librar es de la familia de mi madre y si no voy seguro que se pasa dos meses sin hablarme.

He estado echando un ojo a la moda nupcial de este año y la verdad es que me gusta muchísimo más que la de otras temporadas. Obviamente hay estilos para todos los gustos y bolsillos pero parece que este año van a primar dos tendencias: sencillez y elegancia. Por un lado, las novias clásicas que buscan los diseños de siempre con un toque actual, tienen colecciones como las de Joana Diestre, donde prima la elegancia y los cortes más costumbristas aunque, poco a poco, van incluyendo algún modelo más atrevido. Y para las novias más “Millennials” hay colecciones de estilo más vintage y cortes sencillos como la de Isabella Gobarodi, una colección que podéis ver en su web Miticca.

Por supuesto, además de estos dos tipos de novia, siguen estando las “princesas” con grandes cancanes bajo las faldas, las “flamencas” llenas de volantes, las “románticas” con mil encajes o las “ibicencas” con sus vestidos elegantemente playeros. Sin embargo no es lo que prima esta vez y, por lo que veo, no parece que vaya a ser lo que prime en los años venideros. De hecho, hay cierta tendencia generalizada a bajar el precio del vestido ya que se han dado cuenta de que las novias de clase media (la mayoría) cada vez están menos dispuestas a dejarse una fortuna en el vestido.

Una amiga, que se casa este año, se ha gastado 300 euros, y otra 650 (lo que ya me parece demasiado). Obviamente, siempre van a seguir existiendo esas mujeres que quieran llevar trajes de diseñadores famosos y grandes firmas especializadas aunque les cuesten 6.000 euros o más, pero hablamos de un número muy inferior al de las chicas que ahora buscan la sencillez y la practicidad. Y digo esto último porque muchas chicas lo que se compran ahora es un vestido que luego puedan reutilizar, bien haciéndole algún cambio o tal y como está. Muchas de las novias que escogen un vestido ibicenco para casarse son ese pensamiento y pretenden poder volver a ponerse el vestido una noche veraniega para cenar en un restaurante elegante o algo similar.

La realidad es que ahora no hay muchas parejas que quieran gastarse 20.000 euros en una boda, aunque tengan el dinero. Los jóvenes de hoy en día nos hemos vuelto mucho más prácticos y somos más conscientes de lo que queremos en la vida y de lo que cuesta conseguirlo.

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