Se denomina natural a cualquier producto que contenga algún elemento natural en su composición, en la proporción que sea. De esta manera, podemos encontrarnos en el mercado con productos que lleven la etiqueta de cosmética “natural” (lo que actualmente es un buen gancho para las ventas) que en realidad de natural tengan poco. Por eso es importante fijarse en el etiquetado y la composición.
La cosmética ecológica (u orgánica o biológica) la conforman los productos y cremas sin parabenos (las que no contienen colorantes, conservantes, perfumes sintéticos, siliconas ni sustancias animales, como los productos del Mar Muerto del Doctor Nona), es decir, que están compuestos por productos vegetales provenientes de cultivos ecológicos, que prescinden de los pesticidas y los abonos petroquímicos. No se experimentan en animales y deben seguir una estricta normativa en cuanto a la elección de los ingredientes, métodos de elaboración, envasado…
Desde el pasado mes de julio, el Reglamento Europeo de Cosméticos prohibió testar los productos cosméticos sobre animales. Además de tratarse de un asunto de ética importante, los beneficios sobre los usuarios de este tipo de productos aumentan considerablemente. Las personas con problemas hormonales, pieles atópicas, etc., no pueden utilizar cremas y productos con aditivos químicos y hormonas procedentes de los animales.
Pocas personas se preocupan aún en España en leer la composición de los productos que compran (no solo estéticos, sino también alimentarios), a pesar de los notables beneficios que comportan.
Las marcas más comprometidas y transparentes reconocen que es imposible afirmar que, aunque un producto lleve el sello de certificación ecológica, no se puede afirmar que sean productos 100% naturales.
Sin embargo, la diferencia en la reacción de la piel resulta altamente notable, pues las pieles reciben mejor aquellos productos libres de aditivos. Al final, lo ideal es que cada usuario encuentre el tipo de producto que más se adapte a su piel, porque solo así se consiguen los mejores beneficios.
La personalización de los productos es el futuro de la cosmética, aunque son muchos los dermatólogos que, durante años, han extendido y extienden recetas con la composición exacta del producto para el paciente, que el farmacéutico deberá encargar al laboratorio de manera personalizada. Ahora se trata de estandarizar este proceso para abaratar el precio de producto final.