El canon de la belleza según la época

Si os gusta el arte y disfrutáis con él, en nuestro país tenemos uno de los museos más importantes y a la vez más visitados del mundo, el Museo Nacional del Prado, en Madrid, especialmente rico en obras de los grandes maestros de la pintura. Y si os apetece hacer un recorrido por sus salas podréis daros cuenta de cómo van cambiando los estándares de belleza a través de los tiempos, por ejemplo, en la época barroca una mujer bella se correspondía con un cuerpo exuberante, con marcadas curvas y carnes flácidas, tal y  como se puede apreciar en la obra Las Tres Gracias, de Rubens, y por supuesto nada tiene que ver con los actuales estándares de belleza. Y no solamente belleza, pues hoy en día también sabemos que la mala salud está íntimamente ligada al sobrepeso corporal. No hay más que ver por ejemplo la cantidad de personas que acuden a las manos de un experto, como los de la clínica Imos, de Albacete, para corregir su exceso de peso y alejarse totalmente del canon de belleza para Botero, por ejemplo.

Y es que si algún artista antiguo levantara la cabeza, se asombraría con lo que ahora valoramos el tener un cuerpo esbelto, y sano a la vez. En la clínica Imos, como decíamos, ahora ayudan a todos sus pacientes a llevar una vida sana y estar en forma a través de su equipo multidisciplinar plenamente dedicado a dar una mano a aquellas personas en las que el exceso de grasa corporal supone un grave peligro para su salud, ofreciendo a sus pacientes los mejores tratamientos y el mejor apoyo durante todo el tiempo que dura el proceso a fin de conseguir un cambio de hábitos que asegure los resultados a lo largo de toda su vida. Algo que ahora, como digo, valoramos, pero que hace unos años sin embargo lo asociarían con pasar hambre y tener escasez de recursos.

En la época más reciente las medidas idóneas de toda mujer que se dedica al mundo de la moda, y a la que la inmensa mayoría de las mujeres de a pie intentaban imitar, son las ya mundialmente conocidas como 90-60-90, pero a lo largo de nuestra historia los cánones de belleza, o dicho de otra forma, lo que se consideraba hermoso o atractivo en un momento determinado, ha ido evolucionando conforme se han desarrollado las costumbres, las culturas y las distintas épocas a través de los siglos. A modo de ejemplo veremos algunos de los hitos de la belleza a lo largo del tiempo.

Cómo se ha ido viendo la belleza a lo largo de la historia y la cultura

En la época prehistórica, según los restos arqueológicos hallados, se puede apreciar que el ideal femenino se correspondía con mujeres de pechos muy desarrollados, caderas anchas y vientre voluptuoso. Mientras, en la cultura egipcia, la estética y la belleza estaban muy cuidadas. Su ideal eran personas delgadas y esbeltas que cuidaban sumamente su higiene personal, puesto que estaba considerada como un símbolo de belleza, utilizando en su baño aceites perfumados y ungüentos. Destaca asimismo su característico modo de pintarse los ojos y cejas con khol de una forma extremadamente marcada, teniendo este gesto una simbología religiosa.

Por su parte, la cultura griega evidencia el gusto por la proporción, la simetría, la armonía, la perfección, su teoría es que un cuerpo hermoso es equivalente a una mente brillante y la belleza es una bendición. En la época romana, la armonía y proporción del cuerpo era señal de belleza, las mujeres debían ser delgadas pero robustas y dedicaban gran parte de su tiempo, sobre todo las de clase alta, al cuidado del aspecto exterior de su cuerpo. Presentar una piel blanca, libre de arrugas, manchas o pecas, era parte de su especial cuidado, y así se dice que los romanos junto con los egipcios fueron las culturas más presumidas de toda la humanidad. Con la cultura romana el perfume, la cosmética y la higiene personal tuvo un gran auge, auge que decae en la era posterior, la Edad Media, donde estos hábitos se revertieron dando lugar a que una mujer maquillada fuese considerada como una mujer vulgar, una prostituta.

Más adelante, en la Edad Media, en esta época, solamente se consideraba bello lo que fuese de creación divina, por lo que maquillarse supondría modificar o rechazar el aspecto que el creador nos había dado, bajo este concepto la piel debía mantenerse lo más blanca posible, libre de manchas o pecas, los pechos pequeños y el cabello debía mantenerse largo. Las mujeres pelirrojas eran consideradas brujas.

En el Renacimiento, se vuelve al clasicismo, se busca la armonía y la perfección, la elegancia y delicadeza, la piel blanca sigue siendo ideal de belleza junto con el cabello largo y rubio, así como las manos delgadas y pequeñas. En esta época el vestuario se vuelve muy ostentoso.  Mientras, el barroco se caracteriza por su exuberancia en todos los órdenes, mujeres voluptuosas, perfumes, encajes, vestidos suntuosos, zapatos de tacón, pelucas, etc.

En la época victoriana, se crea un estilo que busca la elegancia y el refinamiento, el gusto por una cintura muy estrecha, pecho generoso y caderas anchas, a modo de una silueta de reloj de arena, lo cual se consigue con el uso del corsé.

En el siglo XX, con los años 20, la mujer se corta el pelo, oculta los pechos y la cintura, y se pone de moda el bronceado. Pero ya en la en la época actual, el culto al cuerpo se impone en todos los sentidos, ya sea a través del deporte o del bisturí, la belleza se asocia a delgadez, llegando a veces hasta puntos extremos. Aunque recientemente ha aparecido la moda de apostar por un cuerpo con curvas, bello y proporcionado, el movimiento curvy, pero sin dejar de lado el cuidado por la salud.

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