Cuando el mejor complemento puede ser un tratamiento de belleza

La semana pasada fue mi cumpleaños, pocos años todavía, y mi pareja, que me conoce bien y me quiere mucho, me regaló algo que me hizo mucha ilusión, y que yo tenía en mente en hacer desde hace algo de tiempo: un tratamiento de liposucción en la clínica Artestética de Albacete, muy cerquita de nuestra casa. Me encantó, y en cuanto tenga dos minutos me pasaré por allí para pedir cita y comenzar cuanto antes el tratamiento, pues poco a poco se va acercando el veranito y la playa y hay que ir eligiendo un par de modelitos de bikinis.

Al llegar esta época, cuando se comienzan a ver los escaparates con la nueva ropa de temporada, yo siempre me pregunto qué podré seguir utilizando de la temporada anterior. Revisando mi armario he visto que puedo seguir poniéndome un vestido de encaje que compré el año pasado y que por cierto utilicé muchísimo. Fue un verdadero triunfo, pues dependiendo del complemento que le pongas puede vestirse informal o más elegante, incluso para una ceremonia. Es el típico vestido lencero, que sale del dormitorio para vestirse en la calle, en él se unen la seda y el encaje, y a mí personalmente me favorece mucho.

Pero al probármelo de nuevo me di cuenta de que había engordado un poco y ya las demás cosas del armario no me sentaban nada bien. Empecé a ir de tiendas para comprar nuevas tallas y otra ropa nueva, pero lo cierto es que seguía sin verme bien, el problema estaba en mí. Me ocurría por ejemplo que iba a tiendas de tallas grandes y me desencantaba porque no veía la misma ropa que yo estaba acostumbrada a comprar, sino que los diseños eran mucho más feos, como muy de mayor, y la ropa realmente no sentaba bien. Por ejemplo, si me cogía una talla de abrigo que me entrase bien de brazos, este mismo me quedaba larguísimo, como si por engordar hubiese crecido también. Un sinsentido total.

Fue entonces cuando decidí ponerme a dieta de manera estricta durante un par de meses en los que también fue al gimnasio de manera diaria e incluso me compré una plataforma vibratoria para mi casa en la que me subía al menos media hora todas las mañanas y otra media por la noche. De esta forma perdí unos nueve kilos en este tiempo y empecé a encontrarme mejor, pero en regalo de mi pareja ahora es lo ideal, porque cuando adelgazas, por mucho deporte que hagas, debes tonificarte porque las pieles terminan por colgar, ya que se habían estirado al coger peso.

Pero lo que he aprendido de esta experiencia, de este momento del año en el que nos preparamos para la operación bikini, para vernos bien en verano, es que algo muy importante para sentirnos a gusto y vernos guapos no pasa solo por la forma de vestirnos o los complementos que usamos, la marca o la calidad de los mismos, sino por la propia percha, y eso somos nosotros mismos. Una buena piel, un pelo cuidado o un cuerpo tonificado hacen que todo siente mucho mejor.

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