Fluorosis dental, ningún exceso es bueno

Los excesos no son buenos. Bajo ningún concepto ni en ningún aspecto. Al igual que los defectos, un déficit de algo, tampoco suele ofrecer buenos resultados. De ahí que vayamos a explicar en este post, todo lo referente a la fluorosis dental. Una afección que, como su nombre indica, afecta a los dientes y es el resultado de un excesivo contacto con el flúor. Algo que, a priori puede parecer recomendable, por las virtudes de este elemento para los dientes, pero que, en realidad, puede derivar en afecciones bucales como la que venimos a explicar de la mano de Polident, cuyos odontólogos profesionales nos han servido de guía para elaborar este artículo.

Con total probabilidad has escuchado la relevancia del flúor para la salud dental. Este mineral, cuyas propiedades son muy valiosas para ayudar en la prevención de la caries y fortalecer nuestra dentadura, forma parte de la gran mayoría de los dentífricos, colutorios y productos para la salud oral. El agua y algunos alimentos, también cuentan en su composición con cantidades mínimas en su composición. No obstante, aun siendo un mineral necesario y cuyo aporte, beneficia notablemente a nuestra salud dental, es conveniente tener cuidado con él. Un uso desequilibrado del mismo, puede originar problemas importantes en nuestras bocas.

Es sabido que en la boca se concentran numerosas bacterias que se combinan con los azúcares procedentes de los alimentos y bebidas que ingerimos. El ácido que se produce, daña el esmalte de los dientes y es perjudicial para los mismos. El fluoruro se encarga de proteger los dientes e incluso, puede contribuir a revertir signos tempranos de caries. Sin embargo, la mayor presencia de fluoruro en diversos formatos y productos, ha producido un incremento en los casos de fluorosis dental, una afección que incide directamente en los dientes.

Fluorosis dental, que, como, cuando y porque

Esta afección bucodental consiste en el cambio que se produce a nivel superficial de la capa de esmalte que protege el diente. Los tipos más comunes de fluorosis dental, no afectan a la funcionalidad de los dientes ni causan dolor. En la mayoría de los casos, se trata de afecciones muy leves o leves que aparecen como marcas blancas y son difíciles de ver salvo que poseas un ojo entrenado.

Entre los casos moderados, no existen demasiados, siendo las manchas que cubren los dientes algo mayores que en los casos leves. Los casos menos comunes, de mayor gravedad, puede dar como resultado un aspecto afeado de la dentadura, mostrando el esmalte picaduras y manchas marrones.

La aparición de fluorosis, se debe a un consumo excesivo de fluoruro durante el periodo de formación de los dientes y antes de su aparición en la boca, es decir su erupción. Lo que sucede antes de los ocho años. Para evitar que esto suceda, conviene que los adultos, supervisen el cepillado dental de los niños y comprueben que no utilicen demasiada pasta de dientes o enjuague bucal. Es importante que también aprendan a escupir y no ingieran los productos destinados a la limpieza dental.

Obtener la cantidad de fluoruro necesaria para el organismo es fácil si los niños llevan una dieta saludable, toman agua fluorada y utilizan productos dentales que contengan flúor en su composición. De esta manera, los niños reciben la cantidad adecuada para fortalecer sus dientes sin necesidad de controlar la ingesta de agua o alientos, puesto que las fuentes de las que procede cuentan en su composición con niveles bajos de flúor. Es más importante prestar atención cuando se lavan los dientes para que no ingieran los productos utilizados, puesto que en estos casos las cantidades son mas concentradas.

El aspecto de los dientes puede cambiar debido a muchas causas. La mejor manera de determinar si se trata de fluorosis es acudir a un odontólogo que examine los dientes del niño y determine si se trata de esta u otra afección.

Esta anomalía de la formación del esmalte dental, consiste en una alteración que provoca por un exceso de flúor que causa un desarrollo normal de los dientes. Aunque por norma general, se trata de una afectación infantil, puede darse en pacientes adultos. La forma de manifestarse que tiene la fluorosis dental, va en función de la gravedad de la misma.

Siendo el caso de una fluorosis leve, cuando se muestran líneas que cubren al diente. Los casos moderados, ofrecen un aspecto de manchas blancas en los dientes y, los casos más graves, muestran una superficie dental rasposa o rugosa con la posibilidad de que la pieza dental se deforme debido a un crecimiento anómalo.

Los profesionales de la odontología, convienen en que la mayoría de los casos de fluorosis dental, son producidos por la utilización de productos inadecuados para los niños. Hay que saber que el flúor, esta presente en diversas bebidas, incluida el agua del grifo, los alimentos procesados con agua fluorada, la pasta de dientes y otros productos para el cuidado de la boca y, por supuesto, los suplementos de flúor y el flúor tópico.

Proteger los dientes sin causar fluorosis

Realmente, esta afección, no es especialmente habitual. Para que la ingesta de flúor en el organismo sea tal que genere una fluorosis, debe ser muy elevado el consumo de alimentos o bebidas que lo contengan. La mejor manera de evitar la aparición de la fluorosis, es prestar atención a los productos de uso dental, los cuales suelen llevar en su composición niveles más elevados de flúor.

Las recomendaciones odontopediátricas son evitar que los menores de seis años utilicen enjuague bucal. Los menores de tres, deben utilizar así mismo muy poca cantidad de pasta de dientes con flúor. Conviene limitar el cepillado de los dientes a dos veces diarias en niños de hasta tres años. Entre los tres y los seis, la cantidad de pasta de dientes que deben utilizar es del tamaño de un guisante.

Los profesionales, insisten en la supervisión y ayuda de los adultos hacia los pequeños para cepillarse los dientes. Dado que la mayoría de los pequeños ingieren agua de forma instintiva al cepillarse los dientes, hay que alentarlos a que escupan el exceso de pasta de dientes sin enjuagarse con agua. Evidentemente, es necesario mantener fuera de su alcance todos los productos destinados a la limpieza bucal, para que no exista una ingestión accidental.

También es conveniente, asegurarse de los niveles de flúor existentes en el agua. Si no contiene la cantidad necesaria, hay que asegurar que el flúor se obtiene por otras fuentes.

Recuperar el aspecto sano de los dientes que presentan fluorosis

Padecer esta afección no reviste mayor gravedad que la de ofrecer un aspecto feo a los dientes y una mayor predisposición a la aparición de caries. Por esta razón, los tratamientos dirigidos a corregirla tienen un objetivo: restablecer la estética y la armonía de la sonrisa del paciente.

En función de la severidad de cada caso, se establece un tratamiento. Para los casos mas leves en los cuales el paciente presenta algunas manchas en el esmalte, el especialista puede optar por llevar a cabo un tratamiento de blanqueamiento dental.

Cuando se trata de casos más severos, los odontólogos, pueden optar por colocar carillas dentales de composite o porcelana que, en numerosas ocasiones, van precedidas de un blanqueamiento dental. Con estos tratamientos se persigue aclarar la tonalidad de la pieza sobre la que se colocaran las carillas para ofrecer un resultado más estético.

En resumen, la fluorosis dental, consiste en una afección directa sobre el esmalte de los dientes. Se presenta con la aparición de manchas blancas en el esmalte dental, a edad temprana y debido a una ingesta de flúor superior a lo aconsejado. Se trata de una afección de curso benigno que en ningún caso presenta mayores molestias que las estéticas, salvo casos de mayor gravedad que pueden propiciar la aparición de caries con sus respectivas consecuencias.

Los principales afectados son los niños que han tenido contacto excesivo con este mineral tan esencial para proteger los dientes, llegando a producir un efecto indeseado. Los tratamientos son poco invasivos y se centran en la recuperación estética de la dentadura, eliminando en la medida de lo posible, las manchas producidas por el exceso de flúor en las piezas dentales.

Cabe señalar que no se trata de un problema causado por la falta de higiene bucal, por lo que no puede ser corregido por medio de la misma y que solo un profesional de la odontología puede determinar si se trata o no de fluorosis. Puede darse el caso de que ante la presencia de estas manchas tan características se sospeche de otro tipo de afección, denominada hipoplasia dental. Razón de más para ponerse en manos de un profesional que determine si se trata de una u otra anomalía, puesto que los tratamientos para cada una son diferentes, así como el curso de la afección.

Para evitar la aparición de fluorosis dental, es suficiente con hacer hincapié en una correcta y adecuada higiene bucal desde la niñez, incidiendo en la constante supervisión del niño durante el cepillado para evitar la ingesta de pasta dental involuntaria.

 

 

 

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