Limpieza profesional igual a dientes sanos

Nuestra salud oral no puede pasar sin mantener una buena higiene dental. Los dientes son tan importantes para nuestra salud en general (la boca es la puerta de entrada al organismo más importante) que no podemos olvidar que requieren de un cuidado y atención constante. Esto no implica tener que acudir al dentista una vez a la semana ni mucho menos. Tan solo hay que realizar las visitas necesarias y procurar los cuidados básicos en casa. Pero a veces, no basta con lavar los dientes, pasar el hilo dental y utilizar el colutorio. La necesidad de hacerse una limpieza profesional en la clínica dental, es fundamental cuando sea necesario. Nadie mejor que un profesional de la odontología para determinar el momento exacto en el que conviene dejar tus dientes en sus manos para que los deje “niquelaos”.

Dentro de las técnicas que los odontólogos utilizan para la limpieza profesional, pueden aconsejar la limpieza de dientes o el curetaje que va más allá de la limpieza normal siendo más profunda. Sobre la primera vamos a hablar en más detalle para conocer los pormenores de uno de los tratamientos odontológicos más demandados.

El odontólogo Víctor del Canto con quien hemos consultado sobre la cuestión, nos avanza que, la limpieza o profilaxis dental o periodontal, tiene como objetivo la prevención. De hecho es el tratamiento preventivo de elección para prevenir la enfermedad periodontal en los adultos. La mejor manera de prevenir es eliminar la placa dental que se acumula alrededor de los dientes. Recordemos que la placa dental es esa materia blanco amarillenta, de consistencia blanda que se forma debido a la acumulación de los restos de los alimentos que ingerimos. Cuando, a causa de esta acumulación se depositan en la placa sales cálcicas de la saliva y la mineralización, se produce sarro, ese debe eliminarse con una limpieza dental profesional. De esta manera se evita que las bacterias que anidan en el sarro, desarrollen la temida periodontitis, afectando al hueso de soporte, el ligamento periodontal y las encías. Esta enfermedad, puede provocar sangrado, mal aliento y movilidad de las piezas dentales, llegando en los casos más graves a la pérdida de piezas dentales.

Un proceso minucioso

Realizar una limpieza dental es un proceso que el profesional debe realizar de forma minuciosa para eliminar toda la placa y el sarro existentes en la dentadura. Lo primero que debe hacer el dentista es realizar una exploración previa, con la finalidad de comprobar la inexistencia de cualquier patología como la citada enfermedad periodontal o caries.

Una vez se asegura que todo está en orden, la profilaxis dental se puede realizar con ultrasonidos que ofrecen muy buenos resultados o de manera convencional. En el primer caso, las vibraciones que emite el aparato es capaz de lograr que se desprenda el sarro de la superficie de los dientes con mayor facilidad. En el segundo pueden utilizarse las curetas que permiten eliminar el sarro que se incrusta por encima y debajo de la encía. En este punto, hay que diferenciar con el curetaje o raspado y alisado cuticular que es un tratamiento para la enfermedad periodontal de grado leve o moderado y no un tratamiento preventivo.

También es posible que el odontólogo utilice instrumental para pulir la superficie del diente de tal manera que se eliminen las rugosidades que hacen posible que la placa se adhiera nuevamente al diente. En caso necesario, para eliminar las manchas superficiales del esmalte, asociadas al consumo de café, tabaco, té o refrescos, se utilizan cepillos especiales o se pasa un chorro de agua a presión con una mezcla de bicarbonato especial para su eliminación.

Es fundamental que el odontólogo limpie de forma correcta los puntos de contacto entre las piezas dentales. En este paso, utilizan tiras de pulido o interproximales que se pasan entre los dientes de manera semejante al hilo dental.

El proceso de la limpieza no conlleva más de treinta o cuarenta y cinco minutos, en función del estado de la boca del paciente. En los pacientes en los que la hipersensibilidad dental o el acúmulo de sarro es mayor, existe la posibilidad de realizar la limpieza con anestesia local para evitar molestias al paciente. Así mismo, cabe destacar que en los casos en los que la encía se encuentra muy inflamada a causa de una enfermedad periodontal, es posible que al quitarse la inflamación, se retraiga la encía afectando a la estética de la boca.

Una vez terminada la limpieza dental, el odontólogo recomendará los pasos a seguir para evitar que el sarro y la placa vuelvan a adueñarse de nuestros dientes. Ya sabemos de sobra cuáles son esas recomendaciones pero no está de más recordarlas: cepillarse los dientes dos veces al día, utilizar hilo dental, cepillos interdentales o irrigadores en caso necesario.

Aclaraciones sobre la limpieza dental

Si  nunca te has hecho una limpieza dental profesional, es posible que te surjan algunas dudas o preguntas al respecto. Entre ellas la de si duele hacerse la limpieza. Definitivamente, una limpieza dental no duele. La misión de este tratamiento es eliminar los restos de placa, sarro o manchas de la superficie dental. En algunos casos es posible notar alguna de las siguientes molestias:

  • Si la limpieza se realiza con ultrasonidos, pueden notarse vibraciones en la superficie de los dientes, pero nunca dolor.
  • En casos de sensibilidad dental, sobre todo a las cosas frías, el agua que se utiliza para refrigerar la punta del aparato puede producir ciertas molestias. Para evitar este problema es posible que el odontólogo aplica anestesia local en la zona. En tal caso, se elimina la molestia y el dolor queda descartado totalmente.

Es bastante normal y habitual que, tras una limpieza dental, sobre todo en los casos en los que existe mucha acumulación de sarro, se puedan notar los dientes y encías más sensibles, sobre todo a las cosas frías. Como decimos es algo habitual pero salvo la mínima molestia no genera mayor problema.

Otra pregunta habitual que suelen hacerse los pacientes es si las limpiezas profesionales dañan los dientes. Evidentemente, la respuesta es no. Sería del todo incoherente hacer algo para dañar los dientes. Si bien es cierto, como decíamos antes que se pueden notar más sensibles tras la limpieza, esto ni implica ningún tipo de daño a las piezas dentales o que se haya rayado el esmalte. Siempre y cuando la limpieza se realice de la forma correcta y a manos de un profesional, los dientes quedaran en perfecto estado.

En lo que respecta al tiempo recomendable para hacerse la limpieza profesional, no existe una respuesta única, pues depende en gran medida de cada caso en particular. Algunas personas, llevan una higiene bucal tan correcta que no requieren de la limpieza profesional en toda su vida, o tan solo de forma puntual. Otras, por el contrario, pueden tener que recurrir a una cada dos o tres meses. Esto suele ser a causa de que padecen algún tipo de patología, afección bucal, problemas de movilidad o incluso psicológicos, que impiden que lleven una adecuada y correcta higiene dental.

Señalar que cuando el profesional de la odontología determina que deber realizarse un curetaje debido al estado de las encías y la consiguiente existencia de enfermedad periodontal, lo primero que hará el profesional, es practicar una limpieza dental preventiva. Antes de proceder y para garantizar el éxito del tratamiento, debe existir un buen diagnóstico periodontal que parte de una serie radiográfica de toda la boca y un periodontograma que registras el estado de cada pieza y la encía que lo soporta. En función de los resultados se procede a eliminar toda la placa existente bajo las encías y se establece la causa de la afección.

Por tanto el curetaje consta de un diagnóstico previo y dos fases dentro del proceso: la primera, que consiste en realizar un limpieza bucal en profundidad con objeto de eliminar toda la placa y los depósitos de sarro de dientes y línea de la encía; la segunda en la que se realizan los conocidos como curetajes utilizando las denominadas curetas que eliminan el sarro y las colonias bacterianas. Se trata, en este caso, de un tratamiento más invasivo que la simple limpieza, por lo que de forma generalizada, se realiza con anestesia local y en sesiones de treinta a cuarenta y cinco minutos.

La diferencia entre el curetaje y la limpieza, estriba en que, aunque ambos tratamientos se centran en la eliminación del sarro y la placa que se acumula en los dientes, la limpieza consiste en un tratamiento preventivo y el curetaje en uno correctivo. Con la limpieza profesional se elimina todo el sarro y bacterias que se acumulan en la parte visible del diente, por encima de la encía para evitar que se adentre en ella. El curetaje tiene como finalidad eliminar el sarro y la placa que se han acumulado por debajo de la línea de la encía, provocando la enfermedad periodontal.

En resumen, prevenir es curar. Si realizamos nuestra rutina de higiene bucal y la consiguiente limpieza profesional cuando el dentista lo considere, con total seguridad nos libraremos de tener que recurrir al más molesto curetaje.

 

 

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