Hace pocos días conocí a una chica que se había operado la nariz, la barbilla y las cejas… y eso sólo en el rostro. Era la típica mujer de 37 ó 38 años que no quería reconocer la edad que tenía y que siempre ha sido, es y será una niña de papá (ahora ya del marido) a quién conceden todos sus caprichos.
Y es que en nochevieja, día en cuestión, se conoce a muchísima gente cuando vas a fiestas ajenas invitada por la prima del amigo del anfitrión, es decir, que ahí casi nadie se conocía entre ellos y era cada uno de su padre y de su madre.
Pues bien, la mujer en cuestión, muy agradable por cierto porque una cosa no quita la otra, me estuvo contando que se había comprado hace poco una casita con porche porque le dijo a su marido que necesitaba poco de aire puro en la naturaleza y él le había regalado la casa en una zona bastante cara de aquí de Salamanca. Y mientras me hablaba yo sólo podía pensar en lo pija que era, en lo que le gustaba alardear del dinero que tiene y en que tenía algo raro en la cara así que al final, discretamente, le pregunté y la mujer, ni corta ni perezosa, me contó todas y cada una de sus operaciones faciales incluyendo anécdotas que habría preferido no saber.
El día antes yo estaba pensando en qué pendientes comprarme para el evento o en sí coger alguna pulserita a juego o no y probablemente la tía esta estaba pensando en si el mes que viene se operaría los labios o no. Creo que no podíamos tener menos cosas en común, pero el punto clave al que voy es que no hace mucho estuve mirando tratamientos faciales en un centro de estética de Salamanca porque sí, yo también me preocupo por estas cosas, y descubrí que hay un sin fin de tratamientos de medicina estética donde no interviene para nada la cirugía. Pues bien, mi pregunta es ¿si tienen tanto dinero por qué se empeñan en desfigurarse el rostro habiendo como hay tratamientos magníficos que dejan tu cutis como el culito de un bebé?
Se trata de terapias basadas en varios conceptos como mesoterapia facial, peelings, ácido hialurónico, etc., y lo que más me gusta es que tienen en común su seguridad puesto que en la mayoría de los casos no tienen ningún tipo de posibles consecuencias secundarias.
En la clínica de medicina estética de la doctora Rosa Bonal en Salamanca apuestan por este tipo de tratamientos mucho menos invasores que la cirugía estética y cuentan con un equipo humano compuesto por profesionales titulados en Medicina Estética además de personal sanitario y esteticistas altamente cualificados con el fin de que el paciente pueda depositar toda su confianza en ellos y, sinceramente, tras ver los precios de sus tratamientos estoy totalmente convencida de que la mayoría de los bolsillos pueden permitírselos con un poco de ahorro así que cada día entiendo menos esta moda tan ridícula de querer cambiarse el rostro hasta tal punto de llegar a parecer otra persona, y si no que se lo digan a Renee Zellweger.