Estamos metidos de lleno en una época del año que podríamos considerar como la más especial o una de las más especiales. Son momentos en los que queremos pasar tiempo con los nuestros, rememorando algunos capítulos de nuestras vidas o pensando en cuáles son nuestros retos en el año que está a punto de entrar. La verdad es que son conversaciones profundas, que dan para mucho y que no cabe la menor duda de que debemos tener con la gente que compone nuestro círculo cercano. Nadie mejor que esas personas para saber esos detalles.
Ahora, debemos pensar en todas aquellas personas que pasan solas la Navidad. Las hay y más de las que nos gustaría reconocer, no os vamos a mentir. Hay personas, normalmente mayores, que ya han perdido a toda su familia o que tienen a su familia viviendo lejos. Eso, de alguna manera, les obliga a pasar unos días tan especiales como de los que estamos hablando en soledad. Y esa es una de las tristezas más grandes que podemos tener. Se trata de un problema social al que hay que prestarle la atención que merece y que en España ha ido creciendo con el paso de los años.
Para que tengáis la absoluta certeza de lo que estamos diciendo es cierto, queremos compartir con todos vosotros y vosotras una noticia publicada en la página web de la Cadena Cope en la que se especifica que 7 de cada 10 mayores iban a pasar la Navidad del año 2022 solos. Se trata de una cifra que nos incomoda porque dice muchas cosas de nosotros y nosotras como sociedad. Y la verdad es que cada persona, en la medida de sus posibilidades, debería hacer posible que la situación cambiara al menos durante esta etapa del año que es tan especial y en la que estamos más tiernos y sensibles.
Sensibilizado con este tema, me puse manos a la obra para intentar que las cosas cambiaran en el ámbito relativo a mi trabajo. Soy uno de los trabajadores de una residencia de ancianos de mi localidad, situada en la provincia de Toledo. Somos un pueblo de unos 10.000 habitantes y, en los últimos tiempos, se ha hecho evidente que la mayoría de nuestra población es anciana. Los jóvenes se marchan de aquí y solo la gente que lleva viviendo en el pueblo toda la vida se queda. Teniendo esto en cuenta y lo que comentábamos en los párrafos anteriores, empecé a ser consciente de que podía haber mucha gente mayor en el pueblo que pasara la Navidad completamente sola. Y me dije a mí mismo que no lo podíamos seguir consintiendo.
Trasladé a la dirección de la residencia alguna propuesta ligada a que las personas mayores que residieran solas en el municipio pudieran pasar algunos días en la residencia para hacer piña y para que nadie tuviera que quedarse solo en momentos tan especiales como estos. La propuesta no solo conllevaba el hecho de que esas personas vinieran a cenar en Nochevieja y Nochebuena o a comer en Navidad y Año Nuevo, sino que también implicaba que pasaran en la residencia desde el día de la Lotería hasta después de Reyes.
A la Dirección de la residencia le encantó la idea y no tardamos en empezar a anunciarla. Contábamos con algunas semanas para poder hacerlo, pero nos teníamos que dar prisa. Íbamos a tener que redoblar esfuerzos para dar cabida y atender a todas esas personas mayores que estarían con nosotros durante las dos semanas de la Navidad, pero teníamos recursos suficientes y la organización idónea para hacerlo posible.
Sí que es cierto que teníamos que darnos prisa en buscar los ajustes para conseguir dar cabida a todos los ancianos y ancianas que íbamos a tener en la residencia durante las fechas navideñas. Entre otras cosas, necesitábamos una mayor capacidad para lavar la ropa puesto que las cantidades de prendas que se iban a usar en nuestras instalaciones durante esta época del año se dispararían. Y ya sabéis que la gente en Navidad se suele poner sus mejores galas… Necesitábamos una lavadora nueva y potente y, como sabíamos que la experiencia es siempre un grado, confiamos en Lavatur porque llevan desde 1984 aportando soluciones como la que necesitábamos.
En pocos días, nuestra nueva adquisición llegó a la residencia. Decidimos no esperar demasiado tiempo para empezar a usarla y pronto nos dimos cuenta de que cumplía exactamente con los requisitos que estábamos buscando. Lavar la ropa con la máxima de las eficacias y con la seguridad de que no va a dañar la ropa de alta calidad de las personas que iban a venir era una prioridad para nosotros y ver que no íbamos a tener ningún problema con eso nos dejó muy tranquilos.
Llegaron las fechas señaladas y tengo que decir que todo salió a la perfección. La iniciativa fue acogida con mucho entusiasmo por todas esas personas que iban a pasar sus Navidades solas y que de pronto se encontraron con un plan perfecto para todos aquellos días, con un servicio de primera calidad y rodeadas de otras personas que, como ellas, tenían ganas de disfrutar de un final e inicio de año en compañía. Fueron días de mucha ilusión, cargados de lágrimas de felicidad y que a mí personalmente me hicieron muy feliz. Ver que una idea tuya ha tenido éxito y que ha servido para hacer mejor un momento del año como este para tanta gente es algo muy gratificante. Mucho.
Una idea que tiene cabida en las residencias
Tanto ha merecido la pena la idea que la hemos repetido durante muchos años. Y este no va a ser una excepción ni mucho menos. De hecho, ya la estamos preparando. Y estamos seguros de que la acogida va a ser igual de buena que en años anteriores. Creo que la idea fue muy positiva y que, además, no tardará en ser copiada por otras residencias de ancianos de otros pueblos y ciudades. Si eso sirve para que haya menos gente mayor que pase la Navidad sola, me sentiré sumamente satisfecho con ello.
Y es que creo que deben ser muchas las residencias que estén ya haciendo alguna actividad similar a la que os he venido describiendo a lo largo de todos estos párrafos. Siempre es una gran noticia que así sea. Es necesario que no solo nos hagamos cargo las residencias de la gente mayor en momentos como la Navidad, sino que también es imprescindible concienciar a la sociedad de lo que esto supone, de todos los problemas de índole psicológico que puede tener la soledad en una persona durante todo el año, no solo en momentos como este.
En una información publicada en la página web dependencia.info en 2023 se informaba de que en España había 5.573 residencias de ancianos y que contaban con más de 393.000 plazas. El nivel de ocupación se encontraba en el 86% y la verdad es que es necesario que instituciones como estas velen por la felicidad de las personas mayores en momentos como la Navidad sin olvidarse de toda la gente mayor que se encuentra en casa y que, aunque se valga por sí misma, no encuentra a nadie con quien compartir esos momentos.
Es verdad que una actividad como esta supone una carga extra de trabajo para mí y para el resto de mis compañeros. Pero es cierto que nos lo tomamos con filosofía porque sabemos el enorme bien que le estamos haciendo a las personas que deciden venir a la residencia durante las semanas de las que se compone la Navidad. Cuando trabajas sabiendo que lo que estás haciendo va a tener un impacto muy positivo en la sociedad, trabajas de otra manera porque lo haces con una sonrisa, con la sensación de que eres útil para la sociedad.
Ni que decir tiene que actividades como de las que os he hablado tienen ese espíritu navideño del que todo el mundo habla en estas fechas. Pero lo cierto es que debemos promover siempre este tipo de acciones, ya sea en época navideña o no. Eso creo que realizaría una contribución más que interesante en lo que tiene que ver con la sociedad y debemos poner toda la carne en el asador para que así sea. Desde luego, estaremos haciendo posible que mucha más gente se sienta feliz. Y eso no tiene precio.
Hay que cuidar a nuestros y nuestras mayores. Son uno de los tesoros más grandes con los que podemos contar como sociedad. Su experiencia, su conocimiento de la vida y la ternura que tienen es algo que nos hace falta al resto de personas, que tendemos a vivir mucho más rápido y que a veces necesitamos sus consejos para tomarnos la vida de otra manera, de una manera que no nos genere ese estrés y esa ansiedad con la que tendemos a vivir y que tantos efectos negativos tiene en nuestro día a día. Por tanto, no hay ninguna mejor inversión a nivel social que la que se encuentre relacionada con mantener alta la moral de la gente mayor.