La elección del calzado suele ir ligada a la estética. Observamos un escaparate, el precio del zapato, el aspecto que le otorga a la modelo de una revista… La compra del flechazo. Es el tipo de motivaciones que incitan a la compra de zapatos y que no responden en absoluto a las necesidades de salud de nuestros pies- a pesar del pretendido marketing de los mayoristas de moda– las cuales deberían ser el motivo de compra fundamental.
Un mal zapato no solo puede provocar dolores, rozaduras y heridas en nuestros pies, sino que puede causar problemas de espalda serios que incluso repercutan en otros aspectos de nuestra salud.
Una de las primeras cosas que debemos tener en cuenta a la hora de comprar un zapato es para qué vamos a utilizarlo: trabajar, caminar, hacer ejercicio en estático o running, salir de fiesta…
Independientemente del uso, el material del calzado debe ser transpirante, flexible, suave, libre de costuras internas que causen roces, con un fuerte talón que otorgue sujeción y estabilidad a la pisada.