El cambio de temporada

Es curioso comprobar cómo cuando toda la sociedad está pendiente de cuándo tiene que hacer el cambio de ropa de temporada en el armario y comprar aquello que necesiten, los grandes proveedores y distribuidores están pensando ya casi a un año vista. Es como cuando me enteré de que las fábricas de turrones ponen los motores de sus máquinas a funcionar a pleno rendimiento en pleno verano con el objetivo de llegar a Navidad con todo prácticamente hecho, y al revés ocurre con los helados.

Donde yo vivo, en Alicante, hay muchísima tradición turronera porque en es en Jijona, una localidad de la provincia, donde se encuentran la mayoría de fábricas de turrón y de donde es la denominación de origen, pero también contamos con fábricas de helados, como Helados Alacant, no muy conocida fuera de la provincia por su marca pero sí por sus helados, que podéis encontrar en casi todos los supermercados, especialmente en Mercadona. El caso es que el otro día me enteré de que hay muchos trabajadores que de febrero a agosto trabajan en la fábrica de helados y luego cambian a la fábrica de turrones de agosto a enero, todo por contrato. Me parece muy inteligente la verdad pero no sabía que esto ocurría así.

Pues con la moda ocurre algo similar. Nosotros aún estamos cambiando (o ni siquiera eso) el fondo de armario de verano a invierno y los diseñadores ya están pensando en la temporada de verano del año que viene, porque la de invierno que viene ahora ya la tienen preparada.

Y alguno preguntará ¿y qué pasa con la moda de primavera o de otoño? Pues dejadme deciros que quitando los grandes diseñadores de pasarela, la mayoría de fábricas, distribuidores y proveedores solo tienen en mente dos temporadas: verano e invierno, y ya en ellas introducen prendas de mayor o menos abrigo para lo que consideramos “entretiempo”.

La semana pasada pude comprobar esto de primera mano y es que he apuntado a mi peque a clases de natación porque aunque es muy pequeña, solo dos años, me da mucho miedo que pueda pasarle algo y de cara al año que viene que ya tendría tres años  me gustaría que supiera mantenerse en el agua o algo similar. Obviamente, bañadores de natación deportiva para bebés de 26 meses como mi peque pues no hay, lo que sí hay son bañadores tradicionales o braguitas.

Hay quien lleva a sus hijos con bragapañal pero mi peque ya no usa pañal durante el día así que no veo la necesidad de ponerle braga pañal en la piscina y teniendo en cuenta el estirón que pegó a finales de agosto había que comprarle bañador nuevo para sus nuevas clases de natación, o de lo que sea, jejeje. Sin embargo, cuál fue mi sorpresa cuando al llegar a la tienda donde suelo hacer las compras de ropa infantil me encuentro con que han quitado casi todo lo de verano, incluyendo bañadores, y todo lo que tienen es de nueva temporada de invierno. Lógicamente algo de verano quedaba, pero ya no iban a traer nada más y los bañadores que había eran de tallas inferiores o superiores a la que usa mi peque.

¡Menudo disgusto me llevé! Pensaba que tendría que ir a algún tipo de tienda especializada donde me cobrarían el doble, o incluso al Corte Inglés, donde creo que tienen ropa de baño durante todo el año aunque no sé si para tan pequeños también. Pero estaba todo controlado porque la dependienta, con quien ya tengo cierta confianza, me dijo que podía pedirme la talla que quisiera al proveedor, pero que tenía que darme prisa porque iban a empezar a producir la temporada de verano 2022 y en breve dejarían de fabricar la actual. “¿La temporada de verano 2022?” pensé… y ahí es donde me enteré de que conforme acaba un verano ellos ya están preparando el verano que viene porque el invierno lo prepararon meses antes y ya lo tienen listo para la venta.

En Alicante tengo conocimiento de que hay un gran proveedor de moda infantil bastante conocido, Confecciones Alber, así que me interesé por el tema y me puse en contacto con ellos para preguntar por la venta de trajes de baño de niños al por mayor, y de niña por supuesto, y me aseguraron que aunque ahora es cuando están en pleno apogeo vendiendo las prendas de la temporada de invierno, tienen que dividir sus esfuerzos para cumplir con sus clientes que buscan dicho catálogo para ponerlo a la venta en sus propias tiendas físicas y online, mientras que su fábrica está calentando motores para empezar a confeccionar la ropa del verano que viene, donde se incluyen los bañadores claro está. Interesante ¿verdad? Tiene que ir siempre casi un año por delante, aunque eso suponga hacer muchísima previsión.

Y es que los proveedores al por mayor tienen que fabricar las prendas por miles y si luego no consiguen las ventas que tenían previstas las pérdidas en trabajo, producto y material serían millonarias, de ahí que las auditorías que realizan cada año tengan que ser realmente exhaustivas.

Ropa de Fiesta

Llegados a este punto me hice una pregunta, y es que aunque en la moda masculina puede que sí haya grandes cambios, si pensamos en “ropa de fiesta” o para grandes eventos la moda femenina siempre tiende a menospreciar la manga larga y darle prioridad al tirante incluso en invierno así que ¿existe realmente el cambio de catálogo invierno-verano en este tipo de moda?

Ya sabemos que entre los grandes diseñadores sí, pero ¿y en la tienda física de tu ciudad? Pues tras hablar con La Pepa os puedo asegurar que así es. La pepa es una tienda muy conocida en mi ciudad que vende ropa de fiesta, para todo tipo de eventos, y que ahora dispone también de tienda online.

Su dueña, una experta en el tema con años de experiencia, asegura que aunque hay quienes añaden una chaqueta o una capa a cualquier vestido de fiesta para convertir su atuendo de verano en uno de invierno la realidad es que se nota, y mucho, tanto el cambio de estilo como de colores y tejidos que sufre el catálogo de moda de fiesta en cualquier tienda especializada.

Mientras que los vestidos largos, o tipo coctel, de verano son mucho más vaporosos y lucen tonalidades más pasteles, en invierno tienden a tener tejidos más pesados y gruesos por lo que pierden esa atributo y quienes quieren mantenerlo suelen ponerle a las faldas varias capas de tela, con forros gruesos, y la tela vaporosa sobre ellos. Los colores también cambian, o al menos su tonalidad, y muchos de ellos ya vienen diseñados con chaquetas de fiesta o mangas superpuestas para las citas en las noches más frías.

Llevar un vestido de fiesta de tirantes veraniego en invierno es posible, sobre todo cuando hablamos de colores oscuros y clásicos como el negro o el rojo, pero incluso cuando lo hacemos es posible que un aficionado a la moda note, por el tejido o la caída de la tela, que el vestido pertenece a la temporada de verano. No obstante, para la boda de la prima del pueblo probablemente nos baste y nos sobre con ese vestido.

Sea como sea, la ropa de fiesta también tiene sus propio cambio de catálogo cuando llega el cambio de temporada y pasarlo por alto es, por lo visto, un gran error, aunque muchas y mucho de nosotros no lo supiéramos de antemano.

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