La elección del calzado suele ir ligada a la estética. Observamos un escaparate, el precio del zapato, el aspecto que le otorga a la modelo de una revista… La compra del flechazo. Es el tipo de motivaciones que incitan a la compra de zapatos y que no responden en absoluto a las necesidades de salud de nuestros pies- a pesar del pretendido marketing de los mayoristas de moda– las cuales deberían ser el motivo de compra fundamental.
Un mal zapato no solo puede provocar dolores, rozaduras y heridas en nuestros pies, sino que puede causar problemas de espalda serios que incluso repercutan en otros aspectos de nuestra salud.
Una de las primeras cosas que debemos tener en cuenta a la hora de comprar un zapato es para qué vamos a utilizarlo: trabajar, caminar, hacer ejercicio en estático o running, salir de fiesta…
Independientemente del uso, el material del calzado debe ser transpirante, flexible, suave, libre de costuras internas que causen roces, con un fuerte talón que otorgue sujeción y estabilidad a la pisada.
Además, el buen calzado nunca es totalmente plano ni tampoco tiene mucho tacón. Lo ideal es una altura de unos 4 a 5 cm de alto.
El pie debe sentirse ancho, dentro de nuestra talla, con holgura para poder mover los dedos con comodidad. Debe ser el zapato el que se adapte al pie y no al contrario. El 85% de las mujeres sufre algún problema de deformaciones en los pies, la mayoría de ellas dolorosas y operables, por no seguir estos consejos en la compra de calzado.
Si hablamos del calzado infantil, deberemos ser precavidos en nuestras compras outlet online, ya que los pies del niño son especialmente delicados y la elección de sus zapatos repercutirá en su crecimiento.
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