¿Es realmente saludable el agua del grifo?

agua

Todos sabemos que el agua del grifo en España es potable, es decir, se puede beber sin miedo a intoxicaciones o enfermedades inmediatas. Pero una cosa es que sea potable y otra es que sea saludable a largo plazo. Seguro que más de una vez has notado que el agua de un sitio sabe diferente al de otro o incluso te ha sentado mal después de beberla en determinadas ciudades. ¿Por qué pasa esto? ¿Es igual de buena en todas partes? Vamos a profundizar en ello para despejarte cualquier duda.

 

¿Qué lleva el agua del grifo?

Aunque parezca que el agua del grifo es solo agua, la realidad es que contiene una serie de compuestos que se añaden en el proceso de potabilización o que se encuentran en ella de manera natural. Por ejemplo, el cloro es uno de los elementos más comunes en el agua corriente porque se usa para eliminar bacterias y microorganismos que podrían hacernos daño. No es malo en pequeñas cantidades, pero sí puede influir en el sabor del agua y, en algunas personas sensibles, provocar molestias digestivas.

Otro compuesto que a veces se añade es el flúor. En algunas ciudades, las autoridades deciden incorporarlo para ayudar a prevenir la caries dental. Sin embargo, un consumo excesivo puede generar problemas en los dientes y afectar la salud ósea con el tiempo. A esto hay que sumarle los nitratos, que provienen principalmente de la contaminación de la agricultura y pueden estar presentes en niveles más altos en algunas zonas rurales.

Los metales pesados son otro problema potencial. Dependiendo del estado de las tuberías, el agua puede arrastrar pequeñas cantidades de plomo, mercurio o incluso arsénico. Estas sustancias no hacen daño en dosis mínimas, pero si se acumulan en el organismo pueden afectar a la salud neurológica y renal. También hay que mencionar la dureza del agua, que depende de la cantidad de calcio y magnesio que contenga. Esto no es algo peligroso, pero sí influye en su sabor y en la acumulación de cal en los electrodomésticos.

Y luego están los microplásticos. Puede que no lo hayas pensado, pero cada vez hay más estudios que demuestran que el agua potable contiene diminutas partículas de plástico. Aunque todavía no se sabe exactamente qué efectos pueden tener en la salud, algunos expertos sospechan que podrían estar relacionados con problemas hormonales y metabólicos.

 

¿El agua del grifo es igual en toda España?

No, la calidad del agua varía mucho según la zona. En ciudades como Madrid, San Sebastián o Burgos, el agua es de muy buena calidad porque proviene de embalses situados en zonas de montaña, donde hay poca contaminación y el agua tiene un sabor más puro. Pero en otros lugares, como Murcia, algunas zonas de Andalucía y las Islas Canarias, la situación es distinta. Aquí, el agua suele ser mucho más dura y a veces tiene un exceso de sales minerales, lo que puede hacer que su sabor no sea tan agradable y que incluso sea más difícil de digerir para algunas personas.

La contaminación también influye. En ciertas zonas agrícolas, el uso de fertilizantes y pesticidas ha provocado la presencia de nitratos en el agua, lo que puede hacer que no sea la opción más saludable para el consumo diario. Algunas poblaciones han tenido problemas con esto y han tenido que mejorar sus sistemas de filtrado para reducir los riesgos. También están las tuberías antiguas en algunos pueblos y ciudades, que pueden liberar metales pesados al agua. Es cierto que las compañías de suministro realizan controles para garantizar que el agua es apta para el consumo, pero no siempre pueden eliminar todas las sustancias que podrían ser perjudiciales a largo plazo.

 

¿Qué sustancias pueden afectar a la salud?

A lo largo del tiempo, la exposición a ciertos compuestos en el agua del grifo puede traer consecuencias para la salud. Por ejemplo, el cloro, aunque necesario para la desinfección, puede alterar la flora intestinal si se consume en grandes cantidades. Hay personas que notan hinchazón o malestar después de beber agua con demasiado cloro, e incluso algunos estudios sugieren que el cloro en exceso podría estar relacionado con problemas en la piel, como sequedad o irritación. Además, cuando el cloro entra en contacto con materia orgánica en el agua, puede formar subproductos como los trihalometanos, que en niveles elevados podrían tener efectos nocivos a largo plazo.

Los nitratos son otro elemento a tener en cuenta. Un nivel elevado de nitratos en el agua se ha relacionado con problemas en la oxigenación de la sangre, especialmente en bebés y personas con ciertas afecciones médicas. También hay estudios que sugieren que el consumo excesivo de nitratos podría estar vinculado a un mayor riesgo de algunos tipos de cáncer, como el de estómago y esófago. Además, la presencia de nitratos en el agua potable puede ser un indicador de contaminación por fertilizantes o aguas residuales, lo que plantea otras preocupaciones sobre la calidad general del agua.

En cuanto a los metales pesados, su acumulación en el organismo puede provocar problemas serios con el tiempo. El plomo, por ejemplo, afecta al sistema nervioso y puede ser especialmente peligroso en niños y embarazadas, ya que puede interferir con el desarrollo cognitivo. El mercurio, por su parte, puede dañar los riñones y el sistema nervioso central. También está el arsénico, que en pequeñas cantidades puede estar presente en el agua subterránea y, si se consume durante largos periodos, se ha asociado con problemas en la piel y un mayor riesgo de cáncer. Aunque los niveles en el agua potable suelen ser bajos, si las tuberías son antiguas o el agua no está bien tratada, el riesgo aumenta. Por eso, es fundamental conocer la calidad del agua que bebemos y, si es necesario, tomar medidas para reducir la exposición a estos compuestos.

 

¿Cómo mejorar la calidad del agua que bebemos?

Si te preocupa la calidad del agua del grifo en tu casa, una opción recomendable es utilizar filtros. Para conocer más sobre este tema, consultamos con Agua Controlada, una empresa especializada en filtración y purificación del agua en Barcelona. Nos explicaron que hay distintas opciones para mejorar la calidad del agua, dependiendo de las necesidades de cada hogar.

Uno de los sistemas más completos es la ósmosis inversa, que elimina la mayoría de las impurezas, incluyendo metales pesados, nitratos y cloro. Es un sistema muy efectivo, pero requiere instalación y un mantenimiento adecuado. También están los filtros de carbón activado, que mejoran el sabor del agua y reducen la presencia de cloro y algunos químicos. Los filtros de cerámica son otra alternativa, especialmente útiles para eliminar bacterias y sedimentos. Si vives en una zona con agua muy dura, un descalcificador puede ayudarte a reducir la cal y mejorar el sabor del agua.

Desde Agua Controlada nos comentan que cada hogar es diferente y que lo mejor es analizar la calidad del agua antes de elegir un sistema de filtrado. Lo importante es encontrar la mejor opción para asegurarte de que estás bebiendo agua limpia y saludable.

 

¿Es mejor el agua filtrada o la embotellada?

Si usas un buen filtro, el agua del grifo puede ser incluso mejor que muchas aguas embotelladas. Aunque el agua mineral suele provenir de manantiales naturales, también puede contener residuos de plástico de las botellas y tener un impacto ambiental significativo. Producir, transportar y desechar botellas de agua genera una enorme cantidad de residuos plásticos cada año, lo que hace que su consumo masivo no sea sostenible.

Al filtrar el agua del grifo, puedes obtener un agua de buena calidad sin necesidad de generar más desechos. Además, a la larga, instalar un sistema de filtrado en casa puede resultar más económico que comprar agua embotellada constantemente. Otro aspecto importante a considerar es que el agua embotellada no siempre es más pura que el agua filtrada. Algunas marcas simplemente filtran el agua del grifo antes de embotellarla, sin ofrecer realmente un valor añadido en términos de calidad.

También hay que mencionar la cuestión de la comodidad. Tener un filtro en casa significa que siempre dispones de agua limpia sin necesidad de cargar con botellas pesadas o preocuparte por almacenarlas. Además, muchos filtros eliminan no solo el cloro y los metales pesados, sino también otros contaminantes que pueden pasar desapercibidos en el agua embotellada. Es una solución práctica, sostenible y saludable que cada vez más personas están eligiendo.

 

Cuidar lo que bebemos es cuidar nuestra salud

El agua es una parte esencial de nuestra vida, y aunque el agua del grifo en España es potable, eso no significa que sea siempre la opción más saludable. Dependiendo de dónde vivas, puede contener sustancias que, con el tiempo, podrían afectar tu bienestar. Por eso, informarse y tomar medidas para mejorar la calidad del agua que consumes es una inversión en salud. Usar filtros adecuados puede marcar la diferencia y ayudarte a beber un agua más pura, sin necesidad de recurrir al agua embotellada. Cuidar nuestra salud empieza con decisiones simples, como asegurarnos de que el agua que bebemos cada día es realmente buena para nosotros.

Scroll al inicio