La semana pasada estuve hablando con una chica que había donado sus óvulos a una clínica de reproducción asistida. No es algo que me sorprendiera porque, de hecho, me parece magnífico que haya hombres y mujeres que decidan donar sus genes para que otras personas, con diferentes problemas físicos o personales, puedan tener hijos. Lo que ocurre es que siempre había escuchado que donar óvulos era un proceso doloroso y que, por eso, casi ninguna mujer se decidía a hacerlo así que aproveché la situación para preguntar.
Si bien es verdad que este blog está concebido única y exclusivamente para hablar de moda, tendencias, complementos y accesorios varios, creo que este tema se merece un hueco importante entre los post más leídos de Plata Mix, al igual que creo que deberíamos ser más las mujeres que decidiéramos tomar una decisión tan acertada como la de esta chica.
La clínica a la que ella había ido a donar es IVI (Instituto Valenciano de Infertilidad) y me dijo que en su web explicaban el proceso de donación de óvulos de maravilla. Me contó que la punción funicular, que es a lo que más miedo solemos tener las mujeres, es completamente indolora. La sedaron levemente y duró unos 20 minutos. Para ella, lo más molesto, fue el proceso de estimulación ya que has de inyectarte hormonas para preparar tus ovarios para el día de la punción y, esas hormonas, te hacen estar demasiado predispuesta a todo. Es como tener una ovulación de esas en las que te duele el pecho y te sientes muy hinchada pero multiplicada por 10. No es doloroso en sí, sino incómodo, pero según sus palabras literales: merece la pena.
Gracias a este proceso, muchas mujeres y parejas pueden hacer realidad su sueño de ser padres. Tanto es así que, actualmente, es probablemente la técnica de fertilidad con mayor demanda y con mayores garantías de éxito.
Mujeres que han pasado por un cáncer suelen ser las principales receptoras
En una entrevista a El Mundo, el Dr. José Manuel Lozano, médico ginecólogo especializado en el ámbito de la medicina reproductiva, aseguró que los efectos secundarios del tratamiento al que se someten las donantes de óvulos suelen ser leves. “Generalmente, se trata de molestias semejantes a cuando se va a tener la menstruación. Las complicaciones son muy poco frecuentes y suelen asociarse a la recogida de los ovocitos en el quirófano. De ahí nace la necesidad de aplicar una sedación, profilaxis antibiótica y un control ecográfico”.
Según este médico experimentado, con los protocolos hormonales que se utilizan hoy en día, el riesgo de hiperestimulación ovárica, prácticamente, ha desaparecido y, además, está demostrado que sucesivos ciclos de donación de ovocitos no van a comprometer la futura fertilidad ni la calidad de los ovocitos de la donante.
Puede parecer todo muy técnico y carente de sensibilidad pero ¿os dais cuenta de lo que estamos hablando? Gracias a esta chica, alguna mujer que por causas como la menopausia prematura, la extirpación de ovarios o la quimioterapia asociada al cáncer de mama, no puede tener hijos, será madre por fin. Una mujer, o una pareja, cuyas posibilidades de convertirse en padres sin ínfimas podrán disfrutar de esa experiencia vital gracias a que un ángel llamado Ana les dio la oportunidad de crear un milagro. Tan sencillo, tan simple y tan hermoso.
No pretendo ahora que todas nos vayamos como locas a donar óvulos pero si hay alguna que se lo haya planteado anteriormente, que esté dispuesta a ello, la animo totalmente a hacer feliz a alguien que, probablemente, dará una vida maravillosa a ese bebé que está por llegar.