De seguro pensarás que este es otro artículo en donde te venderemos una dieta que promete ser milagrosa, pero que al final no tendrá resultado alguno, como tantas otras has probado, Y es que de verdad que suena increíble que podamos bajar de peso consumiendo algo tan delicioso como nuestro vino favorito y sin sentir culpabilidad alguna. Pero, te comentamos que la información que hemos desarrollado en el artículo a continuación está basada en estudios científicos en materia que abalan las propiedades digestivas y adelgazantes del vino.
Sucede que nos científicos de la Universidad de Purdue, en Indiana (Estados Unidos), llevaron a cabo un estudio que demuestra que uno de los compuestos del vino tino tiene excelentes propiedades adelgazantes.
Se trata del piceatannol, un antioxidante similar en estructura al resveratrol, y que según los científicos, es capaz de bloquear los procesos celulares que permiten el desarrollo de las células grasas. Así, podemos usarlo a nuestro favor para retrasar la generación de células adiposas, así como para impedir el crecimiento y desarrollo de las que ya están formadas.
A esto, se le suma la universidad de Washington State con un estudio en el que analizó el cuerpo de más de 20 000 mujeres que tomaban un par de copas de vino tinto cada noche, varias veces a la semana. Los resultados permitieron concluir que estas presentaban un 70 % menos de probabilidades de tener sobrepeso. Es decir, su metabolismo se aceleró y fue capaz de procesar la grasa acumulada, así como la que ingerían durante el estudio.
No obstante, además de ser muy beneficioso en la prevención de la obesidad, también tiene otros beneficios para la salud general de nuestro cuerpo. Sigue leyendo y entérate de todo.
El vino como parte de las dietas para adelgazar
Según los expertos, al beber una copa de vino como postre o antes de dormir te puede ayudar a adelgazar hasta 6 kilos de peso.
Eso sí, hay que tomar en cuenta ciertos factores. Por ejemplo, esto no va a funcionar si sueles cenar demasiado. La idea es reducir un poco la cantidad exagerada de comida y sustituirla por una buena copa de vino tinto. Además de cenar dos horas antes de irte a dormir, de forma que ya hayas hecho la digestión.
Verás que si reduces la cantidad de comida que ingieres en la cena y te tomas más bien un a copa de vino te sentirás igual de satisfecho, ya que este es uno de los maravillosos efectos que suele tener el vino. Además, te aseguramos que no te levantarás a medianoche a asaltar el refrigerador.
Asimismo, la cantidad el vino varía dependiendo del sexo. Las mujeres deben tomar una copa de vino tinto de 150 ml, mientras que los hombres, máximo dos copas.
El vino tinto es excelente acompañante, si, por ejemplo vas a cenar alguna carne roja o quesos, ya que son difíciles de digerir, y el vino será un gran aliado para lograrlo. Eso sin contar que te permitirá una mejor absorción de los nutrientes que hay en esos alimentos.
No olvides que el vino es un acompañante para las comidas que suele ser muy ligero. Esto porque es una bebida natural que nuestro organismo suele absorber con facilidad. Muy distinto a lo que pasa con otro tipo de bebidas alcohólicas, el vino no contiene alcoholes añadidos, por lo que, si lo consumes en pequeñas cantidades al día, tu cuerpo lo podrá procesar sin que al siguiente día pases por la tan temida resaca.
Respecto al momento en que es mejor consumirlo, se recomienda que “sea durante o después de la comida para evitar el “efecto aperitivo” que produce la sensación de ansiedad”, según un estudio del instituto británico Frnacis Crick publicado en Nature Comunications.
En otras palabras, esto se refiere a que cuando consumimos vino, nuestro organismo suele responder con la necesidad de acompañarle por algún alimento, lo que nos llevaría a hacer un “aperitivo” de hasta una quinta parte más de alimentos de lo que consumiríamos sin beber vino, por lo que más bien estaríamos comiendo más… y engordando más.
¿Lo mejor? Es tan efectivo que te evitará tener que vivir una vida esclava de la necesidad y ansiedad de estar a dieta todo el tiempo.
¿Qué vinos beber para bajar de peso?
Si queremos sacar el mayor provecho de las propiedades adelgazantes del vino, te recomendamos una copa mediana de vino blanco o rosado, que tiene unas 70 calorías de media,
Por supuesto, pensarás que son calorías que deberías evitar, pero estas funcionan de una forma muy interesante al tratarse de una dieta. Además de los hallazgos que ya te hemos comentado anteriormente en el artículo, también se hizo un experimento con ratones, en los que se encontró que el resveratrol presente en el vino ayudó a los ratones a transformar la grasa «blanca» en grasa «marrón», que activa la quema de calorías.
De ahí es que se concluye que consumir polifenoles como los que lleva el vino reduce el apetito y ayuda a comer menos.
Lo que si te recomendamos es que evites los vinos dulces y semidulces, ya que contienen cierta cantidad de azúcar que chocaría con tu objetivo de rebajar de peso. Mejor elige vinos secos, que contengan menos azúcar por litro.
Y por último, procura que el vino sea de calidad. Esto por el simple de hecho de que los sistemas de elaboración del vino más industriales eliminan muchos de los componentes beneficiosos del vino, mientras que si los puedes encontrar en aquellos elaborados con más cuidado y dedicación.
Otros beneficios del consumo de vino para la salud
Mencionamos al principio del artículo que lo único que puede obrar el vino a nuestro favor no es solo la reducción de peso si se incluye en una dieta para adelgazar. Según los expertos en vinos de Bocopa, este también tiene otros beneficios para la salud general de nuestro organismo como protección contra enfermedades cardiovasculares, especialmente contra los infartos de miocardio y la ateroesclerosis (endurecimiento de las arterias por depósitos de placas de colesterol).
Esto porque los flavonoides, moléculas antioxidantes que se pueden encontrar en el vino tinto, son excelentes aliados para defender nuestra salud de caer víctima de ciertas enfermedades.
Para favorecernos con esta propiedad tan sanadora, se recomienda, igualmente, una copa de vino tinto al día.
Contraindicaciones en la ingesta de vinos dentro de una dieta
Aunque si es verdad que el vino tiene maravillosos beneficios, no podemos olvidarnos que todo en exceso nunca es bueno. Por eso, hay que vigilar la cantidad de vino que consumimos al día, para garantizar que solo estamos obteniendo lo mejor del elixir.
Y es que sucede que si lo ingieres en altas cantidades, puede ser nocivo para el organismo y poco beneficioso en términos de pérdida de peso.
Consumir hasta 3 copas de vino blanco o 2 copas de tinto al día con la comida no implica riesgo de ganar peso. Por lo que puedes ingerir dicha cantidad si estás a dieta y si tu médico nutricionista no te ha indicado lo contrario. ¿Más? Puede producir muchos más perjuicios que beneficios.
Además, recuerda no consumirla después de haber comido ya que hará que más bien termines comiendo más.
Dichas contraindicaciones también vienen abaladas por los mismos estudios que han conseguido tantos beneficios en el vino, de forma que también indican que:
- Aunque los compuestos que contiene el vino son extremadamente positivos y beneficios para varios aspectos de nuestra salud, el alcohol que contiene el llamado “elixir de los dioses” no lo es. Así, aunque tu cuerpo se está beneficiando de los compuestos, tu hígado tiene que luchar con los efectos del alcohol, de forma que pueda eliminar esta sustancia tan tóxica que está entrando a nuestro cuerpo. De ahí que no se recomiende pasarnos de copas.
- Si queremos rebajar, no solo se trata de ingerir las copas de vino recomendadas al día y sentarnos a esperar el milagro. Estas copas deben ser un complemento a otras medidas como un dieta balanceada y saludable, ejercicio físico de rutina y otras. Recuerda que aunque estudios científicos hayan demostrado propiedades adelgazantes, no puedes poner tu peso en manos de una bebida alcohólica. Se trata de premiarte con un par de copas que no te arruinen la dieta, no de hacerte con toda la colección de La Rioja y beberlo como si no hubiera un mañana.
- Otro problema que puede surgir de dejar tu dieta en manos del par de copas de vino que te hemos recomendado es que puedes desarrollar “drunkorexia”. Este trastorno te hace dejar de comer y tomar vino contando las calorías que te estás ahorrando con la trampita, alterando nuestro sistema digestivo y nuestra salud. Recuerda que las calorías que tiene el vino no aportan nada a tu organismo, por lo que esta reducción de grasa que buscas con su ingesta podría terminar convirtiéndose en una pérdida progresiva de nutrientes que conlleve a otros problemas de salud.