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¿Cómo afrontar el miedo al dentista?

El miedo al dentista es algo que sucede con suma frecuencia a muchos pacientes, como nos confirman en base a sus años de experiencia sigmadental.es. Creen que hay que controlar la situación y pensar en que el resultado será bueno. Hablamos de que los tratamientos de odontología son un proceso necesario para tener una buena salud dental.

A veces, los pacientes, con pensar que tienen que ir al dentista, empiezan a sentir ansiedad y ocurre como no acuden al final, su salud dental se deteriora con el paso del tiempo hasta que no les quedará más remedio que ir.

Para que esto no ocurra se tiene que tomar el acudir al dentista con la necesaria calma y determinación. De tal forma que sepamos que ir al dentista es un proceso que hay que pasar para chequear nuestra salud.

En las habituales revisiones que se hacen, el paciente está en sillón una media hora, incluyéndose algún tratamiento de empaste para las caries, por lo que, aunque sea por poco tiempo, el plan de ayuda puede que venga bien al paciente.

Razones para tener miedo

Los motivos son de lo más variado, aunque hay algunas de ellas, que hacen que con solo citarlas aparezca la ansiedad.

A veces se piensa en el dolor, otras veces son los pinchazos de la anestesia lo que genera nerviosismo. Lo mismo podemos decir de la postura que se adopta con la boca abierta por tiempo indefinido.

Hay pacientes que tienen a disposición la denominada “sedación consciente” de tal forma que puedan afrontar los tratamientos, evitando el mal rato que les resulta complicado sobrellevar.

Muchas veces la incertidumbre que sienten los pacientes hace que los tratamientos dentales no se puedan hacer.

¿Qué hacer antes de acudir al dentista?

Lo primero es saber la razón por la que se tiene miedo. Una vez que lo sabemos, puede que ayude visitar el sitio y pedir información sobre el tratamiento.

Contar el problema de manera abierta al odontólogo de más confianza ayuda a que sintamos menos miedo en el asunto, además de poder someterse a una preparación a nivel mental. El que se pida cita presencial puede que ayude, lo mismo que acudir acompañado, para ver que se trata un miedo irracional.

¿Cómo debemos actuar?

Cuando se tenga que entrar en la consulta, lo mejor es hablar con el dentista que vaya a atendernos, de tal forma que se comente el miedo que se tiene de manera natural y sencilla de la mejor forma, a fin de que el dentista sepa que no va a ser algo caprichoso, puesto que tiene que ser una realidad que se deberá reconducir si no se quiere tener más problemas.

Conforme más tiempo se tarde al entrar al dentista más miedo puede haber, por lo que es buena idea encontrar una distracción como por ejemplo leer una revista o pensar en otra serie de cosas, todo ello para que no se alimente un miedo que no tiene ninguna clase de fundamento.

De forma directa es bueno contar al dentista esos miedos que tenemos, puesto que él es el que tiene más interés en que esa visita que se haga tenga éxito, sabiendo cómo se puede tranquilizar a su paciente, tanto explicando lo que se hace como darle una serie de pausas al paciente para que pueda respirar hondo o continúe relajado.

Progresivamente va a ser más llevadero acudir al dentista, de tal forma que el paciente va a ir sintiéndose bastante más confortable que visita la consulta y con los tratamientos que se le tengan que hacer los cuáles van a tener muchas más garantías de éxito.

Es necesario dejar de contar con miedo de visitar al dentista, pero también hay que ser conscientes de que es un proceso de aprendizaje y también de relajación, por lo que si nos dejamos aconsejar por los verdadero expertos, seguro que todo va a ir bastante mejor en la consulta.

Esperamos que todo esto que os hemos comentado sea de utilidad de cara afrontar lo que es la visita al dentista y los posteriores tratamientos que se tengan que producir.

Pensemos que el dejar de tener miedo supone que vas a poder acudir a los diferentes miedos que se pueden producir a la hora de acudir a él.

Lo más normal es que tengas que acudir no solo a las revisiones regulares, también a algunos tratamientos, que casi va a ser algo necesario después de haber estado tantos años sin haberte sometido al cuidado en tu salud bucal.

Desde aquí te deseamos la mayor de las suertes y ánimo para superar tu miedo.

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