Cómo elegimos a nuestro dentista.

Dentista de cabecera

Para la gente la salud dental es un tema importante que nos preocupa. Pero, ¿Cómo elegimos a nuestro dentista? Hemos hablado con usuarios y expertos para investigar como escogemos nuestra clínica dental de cabecera. Échale un vistazo a nuestra investigación. Quizás te proporcionemos algunos consejos que puedan resultarte útiles.

Como sucede con otros servicios importantes que necesitamos en un momento dado, Google e internet se han convertido en nuestro buscador de referencia. En el momento en que tenemos un problema de salud en la boca, necesitamos un tratamiento dental o queremos, por ejemplo, blanquear nuestra dentadura, buscamos en la red: “Un dentista cerca de mí”. O escribimos en el buscador: El tratamiento que necesitamos (ortodoncia invisible) + nuestra ciudad de residencia (Alicante).

Esto es solo el principio. No tendemos a concertar cita en la primera web de una clínica dental que visitamos. Nos gusta transitar por la página. Conocer los tratamientos y especialidades que tiene la clínica. Leer la descripción de los especialistas y, desde luego, la opinión de los usuarios.

Por lo general, comparamos la información recibida en esa web con la de otras clínicas dentales similares. Al final nos decidimos por aquella que nos inspira más confianza. Pero, ¿Qué criterios utilizamos para escoger una y no otra? A continuación te comento algunos de ellos.

Escogemos clínicas dentales que estén cerca.

Dos de cada tres usuarios escogen una clínica dental que esté cerca de su casa o de su trabajo. No están dispuestos a recorrerse toda la ciudad en busca de un especialista ni atravesar grandes distancias para ser atendidos.

La razón parece evidente. Con el ritmo de vida tan ajetreado que llevamos, nos resulta más cómodo acudir a una clínica dental cercana y organizarnos el tiempo que tenemos libre para acudir a las visitas.

La cercanía geográfica también nos infunde seguridad. Si nos surge cualquier imprevisto respecto o necesitamos aclarar cualquier cuestión, sabemos que la clínica dental la tenemos a mano. Podemos acudir a ella a pie. Para los ciudadanos la salud es un servicio esencial de proximidad, y la salud dental no escapa de esa apreciación.

Así nos lo confirma Thiago Lima, quien se está sometiendo a un tratamiento bucal en Clinica Dental Santé, una clínica formada por especialistas que van desde los 10 años hasta los 35 años de experiencia, ubicada en su propio barrio, Chamberí, en Madrid. «Si además de proximidad geográfica» – nos dice Thiago – “te prestan un buen servicio, todo es perfecto. Para qué vas a buscar otro sitio.”

La cercanía no es solo geográfica.

El año pasado, la O.C.U. (Organización de Consumidores y Usuarios) efectuó una encuesta entre 2.100 personas preguntándoles sobre sus preferencias para escoger clínica dental. Un 75% de los encuestados preferían asistir a clínicas dentales independientes, mientras un 15% optaban por clínicas asociadas a compañías de seguros y un 9% acudían a clínicas de grandes cadenas.

En esta consideración no solo influía la cercanía geográfica, sino aspectos como la trasparencia, que el dentista informara al paciente con toda claridad sobre el estado de su dentadura y le comentara los pasos que iba a seguir en el tratamiento; que no le propusiera tratamientos innecesarios; que el profesional hiciera un seguimiento sobre la evolución del paciente y que se adecuara el presupuesto ofrecido con el importe final de la factura.

Estos son elementos que inciden en el nivel de satisfacción de los pacientes. Para un usuario, la cercanía de una clínica dental también se aprecia en los pequeños detalles del servicio. En la facilidad para concertar una cita o cambiarla, en el caso de que surja un imprevisto; en la accesibilidad para poder consultar cualquier duda que nos surja respecto al tratamiento y en que los canales de comunicación entre la clínica y el paciente estén abiertos.

Las recomendaciones.

En este mismo informe realizado por la O.C.U., un 44% de los encuestados afirmaban que habían elegido su clínica dental a raíz de recomendaciones recibidas por familiares y amigos.

Cuando tenemos un problema en la boca o queremos someternos a un tratamiento dental, solemos comentarlo con la familia y con los compañeros de trabajo con los que más confianza tenemos. Es algo natural. Si una persona que conocemos se ha sometido al mismo tratamiento que necesitamos, nos gusta conocer de primera manos su experiencia. Nos da cierta tranquilidad y nos proporciona una información, que tal vez, por otros medios, no podríamos obtener, o le damos menos fiabilidad.

En marketing se dice que un cliente satisfecho es la mejor publicidad que existe. En la salud dental es así de contundente. Un paciente que ha terminado contento con el resultado de un tratamiento, casi inconscientemente, va a recomendar la clínica a sus familiares y amigos. Está orgulloso de la inversión que ha hecho y le gustaría que otras personas de su entorno también se beneficiaran. Sobre todo, si él considera que lo necesita.

Por el contrario, un paciente que no ha salido contento con el servicio, va a difundir propaganda negativa sobre la clínica. Su acción, si cabe, puede surtir más efecto que la del cliente satisfecho.

En la actualidad se tiene bastante en cuenta la prueba social. La gente suele leer las reseñas y comentarios que sobre una clínica escriben los pacientes en Google, así como las que se publican en la página web. Se dice que los millennials le dan una especial importancia a este criterio. La opinión que otras personas como nosotros tienen sobre un servicio es algo que solemos tener en cuenta.

El precio.

El precio es sin duda un tema que solemos valorar. Sin embargo, desde La Gaceta Dental, una revista de prestigio especializada en odontología, recomiendan desconfiar de los precios excesivamente bajos.

En la medicina dental se utilizan materiales costosos y maquinaria y medios de última tecnología. Los odontólogos y los diferentes especialistas en salud dental como los ortodoncistas o los implantólogos están en continua formación y reciclaje para poder conocer y dominar los avances que se están dando en su área. Esto implica que tienen que acudir a cursillos que, con frecuencia, financian de su propio bolsillo.

Recibir un tratamiento demasiado económico puede suponer que se están utilizando materiales de peor calidad o que el profesional no está formado adecuadamente. Con los consiguientes perjuicios para nuestra salud: posibles infecciones, soluciones defectuosas, etc.

El Consejo de Dentistas opina que el precio no debería ser un criterio determinante para elegir clínica dental. La medicina dental es cara. Más que otra cosa por los medios que utiliza.

Lo que sí deberíamos tener en cuenta es la correspondencia entre el presupuesto inicial que nos presenta el odontólogo antes de someternos a un tratamiento y el coste final que pagamos al terminarlo.

Así como la posibilidad de financiación y las facilidades de pago, en caso de que las necesitemos.

Que nos atienda el mismo dentista.

Este es un criterio en el que coincide la O.C.U. y la Gaceta Dental. Que cada vez que acudamos a la clínica dental nos atienda el mismo profesional es un indicador de profesionalidad y de una buena atención sanitaria.

El odontólogo o especialista que nos trata con regularidad es quien mejor conoce la salud de nuestra boca. Tiene una información precisa sobre esta y sobre nosotros que no se puede transmitir en ningún historial clínico. El paciente ha depositado toda su confianza en un facultativo en concreto. Se crea una relación entre el dentista y el paciente que es clave para que el tratamiento llegue a buen término.

Una cuestión de la que se quejan algunos usuarios que acuden a grandes cadenas de clínicas dentales es que cada vez que van a una visita les atiende un dentista diferente. No saben a qué atenerse. Ese detalle les infunde inseguridad. Como mínimo les da que pensar.

Especialización.

La salud dental en nuestros días ha llegado a un nivel de desarrollo que se ha diversificado en múltiples especialidades. No todas las clínicas dentales prestan todos los tratamientos, ni todos los facultativos están capacitados para llevarlos.

Por eso, si necesitamos un tratamiento específico o tenemos un problema concreto, debemos asegurarnos de que en la clínica dental en la que concertamos la primera visita nos lo van a poder solucionar.

Es importante informarse a priori sobre si la clínica dental tiene la especialidad que necesitamos. Esta información la podemos recabar por internet, visitando la web de la clínica o llamándoles por teléfono. Exigiendo a la persona que nos atiende la mayor sinceridad y transparencia respecto a nuestras preguntas.

Debido a esta especialización, unas de las clínicas dentales que están teniendo más aceptación en los últimos tiempos son las clínicas dentales multi-áreas. Aquellas que aglutinan la mayor parte de especialidades y que funcionan como una especie de ambulatorios, pero referentes a la salud dental.

A los usuarios nos da tranquilidad que en la clínica en la que nos han realizado un empaste, nos puedan colocar un implante el día de mañana, si lo necesitamos, o podamos llevar allí a nuestros hijos para realizarle una ortodoncia.

Como vemos, elegir una clínica dental no es un tema que debamos tomarnos a la ligera.

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