Trabajar, cuidar de los niños y llevar una casa parece una tarea casi imposible, aunque se compartan responsabilidades con otra persona. Sin embargo, millones de mujeres los hacen a diario. Admirable, pero complicado. Menos mal que internet es un aliado.
Nuestras madres o abuelas convirtieron la gestión de la casa en un oficio. Una actividad que ocupaba gran parte de su vida. Según «El Rincón del Vago», un portal independiente de noticias, a partir de 1984 se produce una incorporación masiva de las mujeres al mercado de trabajo en España. Entre 1984 y 1989, un millón de mujeres se integraron como mano de obra. En 1994 ya eran 4 millones, el 34% del total de trabajadores que había en el país. En la actualidad superan los 9 millones, el 46% de la fuerza de trabajo. En estos 40 años la mujer ha obtenido independencia económica y libertad. Nada que ver con la época de nuestras abuelas, en las que para que una mujer pudiera abrir un negocio necesitaba el consentimiento por escrito de su marido, o los trámites bancarios, que le afectaban directamente, se negociaban con el padre o con el cónyuge, nunca con ellas.
Aunque aún queda mucho por hacer, en todo este tiempo la mujer ha ido asumiendo cada vez más responsabilidades en el ámbito laboral y empresarial. Ya no solo se dedica a trabajos calificados erróneamente como femeninos (limpieza, cuidados sociosanitarios, comercio de textil o alimentación, etc.), como sucedía mayoritariamente en los años 80, se ha extendido a otros sectores y han asumido puestos de responsabilidad y dirección. Es una tendencia imparable. El 55,7% de los alumnos matriculados en la universidad española son mujeres. Todo ello, encargándose, en lo fundamental, del cuidado de los hijos y de la gestión de la casa.
Por desgracia, es normal, escuchar los comentarios de nuestras abuelas cuando visitan la casa de sus hijas o nietas diciendo “yo llevaba mejor la casa”, “yo la tenía más limpia”, “tenía mejor surtida la nevera”. El nivel de trabajo al que están sometidas las mujeres hoy en día es muy superior al que tenían hace 50 años.
Nuestras abuelas tenían mucho más tiempo para hacer las compras relativas a la intendencia de la casa. Se conocían todas las tiendas de la zona y compraban en aquellas donde encontraban los productos más baratos o con una mejor relación calidad – precio. Compraban en establecimientos especializados: la carne en la carnicería, el pescado en la pescadería, la fruta en la frutería, los productos de limpieza en la droguería. Invertían en la compra de una semana más tiempo del que invierte una mujer actual en la compra grande del mes. Se lo podían permitir.
A principios del siglo se puso de moda que la mujer aprovechara el sábado por la mañana o por la tarde para hacer la compra en un hipermercado. Pero a nadie le apetece, después de una dura semana de trabajo, dedicar el primer día de descanso a comprar, cuando puede relajarse, tener tiempo de ocio o planificar una merecida escapada de fin de semana.
Aumento de las ventas por internet.
La pandemia del COVID-19 aceleró un proceso que se veía inevitable. El volumen de compras por internet de los hogares de todo el mundo se incrementó un 24% en el 2020. Durante el confinamiento era la forma más segura de comprar, pero esta tendencia llegó para quedarse, como señala el periódico económico El Confidencial Digital. En el 2021, el comercio electrónico facturó 4,9 billones de dólares en todo el mundo. Casi un 20% del total del comercio minorista. Para el año que viene se espera que rebase los 6,4 billones de dólares, y las previsiones más optimistas señalan que en el 2040 un 80% de las compras domésticas se realicen por internet.
En España, la venta on-line mueve 29.376 millones de euros al año. Un 50% de las compras se realizan desde el móvil. Estas son las razones del auge de las ventas por internet:
- Comodidad.
El cliente puede hacer sus compras a cualquier hora del día y cualquier día de la semana. Desde su teléfono móvil u ordenador, como si estuviera haciendo la lista de la compra, sin tener que desplazarse al establecimiento. Una opción adecuada para personas muy ocupadas, como nos sucede en la actualidad, o que quieren invertir su tiempo en otras actividades. Internet permite visualizar una gran cantidad de productos en muy poco tiempo, leer su descripción y comparar precios. Dedicándole más atención que si estuviéramos en un supermercado.
Permite encontrar los productos con rapidez, gracias a los buscadores integrados en las páginas web. Donde en un solo vistazo tenemos todos los productos de una sección o categoría.
- Seguridad.
Si alguna objeción tenían los consumidores, años atrás, respecto a la compra por internet era la seguridad de pago y de los datos personales consignados en la web de venta. La proliferación del comercio on-line ha disipado cualquier duda. Cerramos compras desde pasarelas de pago en la que hemos comprobado que nuestros datos no se filtran. El auge de este tipo de compras ha obligado a las entidades bancarias a reforzar la seguridad, exigiendo contraseñas aleatorias enviadas por mensaje y otras medidas adicionales. Desde los comercios electrónicos se facilita el pago por varias vías, eligiendo el cliente aquella que le resulte más cómoda.
- Envíos gratuitos.
Algo que ha revolucionado las ventas por internet son los envíos a domicilio gratuitos, y la posibilidad de devolución por correo, sin coste adicional, si no estamos satisfechos con el producto. Una garantía de plena satisfacción que permite al consumidor que si no está contento con su compra pueda recuperar su dinero sin problemas.
El funcionamiento de algunas empresas, que entregan los productos directamente del almacén al comprador, con un servicio de reparto, eliminando intermediarios, les permite ahorrar costos, y muchas veces ofrecer precios más competitivos que en un comercio tradicional. Lo cual es más atractivo para el comprador.
- Compras especiales.
Internet permite al usuario comprar productos de tiendas extranjeras a precios económicos. Si no fuera por la red, muchos de estos proveedores no serian conocidos o adquirir sus productos sería carísimo.
Desde la comodidad de nuestro hogar podemos encontrar tiendas de un sector específico y productos especializados, adquiriéndolos con un solo clic. Algo que de una manera tradicional nos costaría mucho más trabajo.
Especialización.
Amazón es el principal distribuidor de productos por internet. Comenzó siendo un portal de venta de libros físicos y digitales y, con el tiempo, se convirtió en un inmenso bazar en el que se venden todo tipo de productos, fabricados en cualquier parte del mundo. El 42,6% de las ventas por internet, que se realizan en España, se hacen desde esta plataforma. El volumen de ventas que ha alcanzado le ha llevado a ubicar almacenes en diferentes puntos de la geografía nacional. La rapidez de los plazos de entrega es una de sus principales bazas.
Frente a las macro-tiendas digitales que venden de todo, otras han optado por centrarse en un sector concreto. Stocknet-Vallés, una tienda on-line especializada en productos de limpieza, apuesta por la especialización. Centrarse en un sector asegura que podrás encontrar productos de calidad adecuados a las necesidades del consumidor, puesto que es un mercado que el distribuidor conoce a la perfección.
La especialización por internet se hizo un hueco con rapidez en el sector textil y de la moda. Grandes marcas como Zara o Zalando diseñaron atractivas páginas web con las que han incrementado sus ventas. Hoy un 12% de las ventas de Zara se realizan por la red, sin necesidad de que el cliente se desplace a sus establecimientos. El porcentaje sube a un 14% en aquellos países donde Zara tiene una tienda on-line específica.
Un caso extraordinario es el gigante chino de la ropa Shein, que basa su comercio principalmente en la venta por internet, rompiendo el mercado con sus precios bajos. En el sector textil, hasta plataformas de compra-venta de artículos de segunda mano como Vinted se han hecho populares.
La alimentación es otro sector específico donde la especialización ha ganado aceptación en internet. Grandes cadenas de supermercados e hipermercados como Carrefour o Mercadona reciben los encargos de entregas a domicilios a través de su página web. La cobran por adelantado y la llevan a casa en un plazo corto de entrega. Algo que le ahorra mucho tiempo a las familias, con la seguridad de que van a recibir los productos que estaban esperando. El éxito de la venta por internet ha animado a los productores a ofrecer sus productos directamente al consumidor, habilitando una pequeña tienda e-commerce dentro de la web de la empresa. Los productos alimentarios más vendidos por internet son los envasados, bebidas y lácteos, dejando en un segundo plano el producto fresco.
Gracias a internet podemos hacer lo que hacían nuestras abuelas, visitar establecimientos, comparando productos y precios, pero desde la comodidad de nuestro hogar y a cualquier hora del día, sin tener que desplazarnos, desde la pantalla de nuestro móvil. Excediendo con creces el ámbito geográfico de nuestro barrio o pueblo. Seleccionando desde distintas páginas los mejores artículos de alimentación, limpieza, aseo personal y textil que cubran nuestra casa.