Revisar el coche antes de salir de vacaciones

Considero mi coche como una joya sobre ruedas. Me gusta que brille, lucirlo por las carreteras y, por supuesto, que esté siempre a punto garantizando la máxima seguridad. Es por ello, que hace tiempo elegí Talleres Paiz , donde miman mi BMW como nadie y donde paso todas las revisiones.

Ahora con la llegada de la primavera y el buen tiempo, comienza la temporada de excursiones a lo largo y ancho de la península y estoy deseando hacer una escapada con mi coche por lo que lo llevé al taller para su puesta a punto.

Por supuesto, huelga decir que vigilar el mantenimiento periódico del vehículo de acuerdo con las indicaciones del fabricante es la mejor manera de prevenir las posibles averías y accidentes que el simple uso genera en la máquina. Tener el coche siempre puesto a punto es esencial para minimizar los daños que aparecen en un parque automovilístico que, en nuestro país, se encuentra cada vez más envejecido.

Las áreas de riesgo se circunscriben, principalmente, en los neumáticos, los frenos y los amortiguadores, entre otras cuestiones.  Dentro de este denominado ‘triángulo de seguridad’ los neumáticos destacan ya que suponen el punto de contacto y agarre entre el coche y el asfalto de la carretera. Se debe revisar que cumplan el nivel de adherencia de la rueda, su incidencia sobre la capacidad de frenada de acuerdo a su nivel normal y, en general, el estado de los materiales que la componen. Los neumáticos cuentan con guías que señalan la altura mínima del dibujo de la rueda, marcado en 1,6 milímetros de profundidad. Una vez alcanzada esta distancia, es imprescindible sustituir los neumáticos del coche por otros nuevos. La presión del neumático se ha de medir en frío y teniendo en cuenta que el vehículo va a acarrear en su interior una carga superior a la habitual. De cara a distribuir este peso extra, conviene que se realice de manera equilibrada. Esto es, con los bultos de mayor peso en el fondo del maletero y distribuyéndolos de forma paralela para no sobrecargar uno de los lados del coche. Por su parte, los expertos en mecánica del automóvil aconsejan reemplazar el líquido de frenos como mucho cada dos años para garantizar su eficacia. Y es que el rendimiento óptimo del mecanismo de frenado supone un auténtico seguro de vida para el conductor. La inspección del depósito del líquido de frenos debe arrojar datos que se encuentren entre la marca de mínimo y de máximo establecida por el fabricante. En caso de necesitar una recarga, el mecánico indicará cuál es el líquido adecuado para la marca y el modelo de su coche, que se verterá dentro del depósito previamente vaciado con el fin de evitar la mezcla de líquidos con diferente composición, perjudicial para la salud del sistema de frenado.

La suspensión del coche es otro de los capítulos imprescindibles en la revisión. La responsabilidad de una correcta suspensión recae en su mayor parte sobre los amortiguadores. Como el resto de componentes del automóvil, los amortiguadores se ven afectados por el paso del tiempo y el rodaje en carretera, que hace que se pierda o desvirtúe el necesario flujo de aceite de este apartado. Como consecuencia, está la desestabilización del coche, foco de inseguridad para la conducción. Un método para detectar si el vehículo es estable consiste en apoyar por completo el peso sobre el capó y abandonar la presión de repente. Si una vez soltado el peso el coche sube pero luego rebota y vuelve a descender, significa que la amortiguación se encuentra en mal estado. Lo mismo ocurre si, en la calzada, el coche se mueve de arriba abajo en marcha cuando pasa sobre un bache o se desplaza de manera extraña al trazar una curva. Sea como fuere, no se debe dejar pasar la revisión de los amortiguadores más allá de los 30.000 o 50.000 kilómetros recorridos. Por encima de esta distancia, el cambio de amortiguadores es prácticamente obligatorio.

En otro orden de cosas, existe una serie de niveles e indicadores sobre los que el conductor deberá echar un ojo, como el del aceite, el líquido de la dirección asistida, el de la refrigeración, el del limpiaparabrisas y el anticongelante si se viaja a regiones de clima muy frío, equivalentes al invierno. El libro de mantenimiento del coche posee casillas específicas para detallar las fechas de cambio de aceite. En lo que se refiere a la batería, hay que verificar los niveles de los vasos y, en el supuesto de que el líquido no cubra por completo las capas, agregar agua destilada. Los bornes de la batería se deben conservar limpios y bien atornillados.

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