Ortodoncia infantil invisible

Durante el desarrollo infantil es cuando pueden surgir, de hecho, surgen, la mayoría de los problemas relacionados con la dentición definitiva. Casos de dientes apiñados, maloclusión y mala mordida, en la edad adulta, pueden proceder de problemas no resueltos durante la etapa de desarrollo. Gracias los numerosos adelantos tecnológicos que ha sufrido el campo de la odontología y en particular, la odontopediatría, resolver esos problemas a tiempo, es mucho mas accesible para todos.

Los diferentes tratamientos posibles, están diseñados para corregir problemas desde la infancia, sin tener que recurrir a los temidos aparatos metálicos de antaño e incluso, la ortodoncia fija. Como nos explican los especialistas den odontología infantil del Ortega Clinic, la implantación de ortodoncia invisible, es posible también en casos de niños, aunque aún no tengan completa su dentición definitiva. Sobre todo, lo referente a este tema, vamos a hablar en el siguiente post, con objeto de despejar algunas dudas y entender mejor, como funciona este tipo de correctores y cuando es aconsejable su uso.

Según aseguran los profesionales, la ortodoncia invisible es adecuada para niños a partir de los seis años, siempre y cuando, su boca se encuentre lo suficientemente formada como para hacer la corrección necesaria. Como bien sabemos, las férulas de la ortodoncia invisible, dan muy buenos resultados en adultos y logran resultados sin esfuerzo. Eliminan la necesidad de colocar los brackets y su uso es tan sencillo que hasta un pequeño puede colocarse la férula adecuadamente.

La ortodoncia, sea invisible o tradicional, es un tratamiento exclusivamente diseñado para corregir la alineación dental, por lo que esta recomendada para cualquier momento en el que el ortodoncista lo considere conveniente.

Dado que a los más pequeños puede resultarles engorroso llevar aparato, al igual que los adolescentes pueden ver minada su autoestima, utilizar un tratamiento de ortodoncia invisible, es una excelente alternativa.

Veamos con mayor detalle, los problemas que puede resolver una ortodoncia invisible en niños e incluso, adolescentes.

Cuando se indica el tratamiento de ortodoncia invisible

En los casos que implican al público infantil, la ortodoncia invisible puede corregir problemas de alineamiento, incluido el apiñamiento dental, los dientes separados y las arcadas estrechas. En tanto que, para los adolescentes puede indicarse la utilización de férulas específicas para el avance mandibular, indicadas para solucionar problemas de sobremordida (dientes superiores frontales demasiado salidos) y colocar los dientes en su sitio al mismo tiempo.

Aun no contando con la dentadura definitiva, existe una solución concebida para niños de seis a diez años que necesiten un tratamiento de ortodoncia para empezar a corregir los problemas dentales.

Ante la pregunta de si con esa edad no se supone que son demasiado pequeños, los dentistas expertos en la materia, son rotundos: depende del pequeño en cuestión. Ponen el foco en los padres, alegando que son ellos quienes deben saber si su hijo es suficientemente responsable como para utilizar las férulas. ¿Por qué esta alusión? Sencillamente por la necesidad de que el niño sea lo suficientemente responsable y obediente como para llevar la férula puesta durante todo el tiempo necesario, esto es veintidós horas al día, todos los días. Todos sabemos que hay niños para todo y, algunos pueden ser capaces de cumplir con esta misión, en tanto que otros, no.

La experiencia en la clínica dental, dice que hay pequeños de seis y siete años que son mejores pacientes que adolescentes o adultos. La razón es que quieren parecer mayores o son obedientes y siguen a pies juntillas las recomendaciones del ortodoncista. Si los niños son capaces de comprender que tienen que llevar las férulas puestas todo el tiempo, retirarlas únicamente para comer y lavarse los dientes antes de volvérsela a poner, pueden utilizar ortodoncia invisible sin problemas.

Ahora bien, la ortodoncia invisible, todavía no es capaz de corregir el cien por cien de los problemas, ni en niños ni en adultos. Algunos problemas dentales siguen requiriendo la ortodoncia tradicional basada en brackets. Un ejemplo, es el caso de dientes muy girados, para los que una férula no sería suficiente. Aunque, los profesionales auguran que este tipo de ortodoncia evoluciona de tal manera que, con el tiempo, será indicada para resolver casos más complejos de ortodoncia. Actualmente, el noventa por cien de los tratamientos de ortodoncia, pueden resolverse con ortodoncia invisible, porcentaje que va en aumento.

En algunos casos concretos, tampoco se aconseja que los niños utilicen este tratamiento de corrección, como el caso de los niños inquietos o despistados. Algunos de ellos, se quitarán los alineadores para comer y se olvidarán de colocárselos, o puede que se acuerden pero olviden limpiar las férulas.

Cuando los niños son muy movidos, o practica deportes de contacto varias veces a la semana, las férulas podrían dañarse. Por tanto, los padres deben valorar el impacto potencial que tienen las actividades deportivas que práctica el niños. Si bien es cierto, que es muy difícil que se pierdan los alineadores durante una práctica deportiva, pues las férulas se ajustan con máxima precisión.

Además, hay que valorar si el niño va a ser capaz de soportar los alineadores siempre puestos. Algunos, ante las molestias que acarrea cada nueva férula, pueden querer sacársela de la boca y olvidarse de ella.

Ventajas de la ortodoncia invisible en los pequeños

Una vez valorada la responsabilidad del niño y sus posibles reacciones, hay que tener en cuenta las múltiples ventajas que ofrece la ortodoncia invisible para ellos. En el caso de que este sea el tratamiento adecuado e indicado para el paciente, si este colabora, las ventajas para él, son muchas.

No existen restricciones en la dieta como puede ocurrir con los brackets. La ortodoncia es de quita y pon, con lo que los pequeños, pueden comer y beber lo que quieran, siempre fomentando una dieta saludable, por supuesto. Se elimina el temor a una higiene dental pobre, a que queden restos de comida atrapados en la ortodoncia y que se produzcan daños en la misma durante la comida. Hay que recordar que los alimentos duros, como el pan tostado o los frutos secos o pegajosos como las chucherías, se pegan a los brackets, pero no a la férula, pues no estará colocada mientras coma.

También hay que tener en cuenta que los productos muy azucarados, los chocolates y dulces son doblemente peligrosos para los pequeños que utilizan la ortodoncia metálica. Esto es, no solo porque no sean saludables, sino porque con los alambres que sujetan el aparato, se hace más difícil la limpieza.

La facilidad de extracción de las férulas, las hace excelentes aliadas de la higiene bucal. Con una ortodoncia convencional, usar el cepillo y el hilo dental, tiene cierta complicación. Las férulas se quitan para comer, el niño se cepilla los dientes de forma normal y se la coloca.

En otro orden de cosas, la comodidad que ofrece, factor que contribuye a que el niño sea más disciplinado y no se quite las férulas nada más que para comer, cepillarse los dientes y pasarse el hilo dental. Una vez se adaptan a ellas, no notan que las llevan.

El tratamiento consiste en que el paciente utilice cada siete o diez días, un juego nuevo de alineadores. En cada visita, el ortodoncista, entrega tres o cuatro juegos de férulas para que se las vaya colocando en el orden indicado. Las visitas al dentista se harán cada cuatro o seis semanas para supervisar los avances.

Con la ortodoncia invisible, es poco probable que el niño presente manchas o coloración diferente en los dientes, algo que si puede darse con la ortodoncia tradicional. Así como evitar al posible ansiedad que puede generar la utilización de ortodoncia.

La facilidad de uso de una ortodoncia invisible, es uno de sus puntos fuertes, pero a la vez, constituye un posible problema en el caso de los pacientes más despistados. En el supuesto de que el niño no lleve las férulas durante el tiempo necesario, es decir, las veintidós horas mínimas al día, el ortodoncista se dará cuenta.

Durante cada visita a la clínica, se realiza una radiografía al paciente para comprobar los avances del tratamiento. En el caso de que los dientes no corrijan la posición de acuerdo con la planificación realizada, significará que el niño, no está llevando las férulas el tiempo necesario. Dada la circunstancia, los padres deben hacer ver al niño que para que el tratamiento funcione, ha de ser constante o, de lo contrario, habría que pasarse a la ortodoncia tradicional.

Una vez que el tratamiento llega a su fin, el paciente, necesitará un retenedor con la frecuencia y duración de uso, que determine el ortodoncista. Este último paso, se lleva a cabo para consolidar los resultados. Utilizar el retenedor, es de gran importancia para que los dientes se afiancen en su nueva y correcta posición. Los pacientes que han sido disciplinados con el tratamiento, pero se relajan con el retenedor, pueden poner en riesgo todo el trabajo realizado.

En general, la mayoría de pacientes que recurren a la ortodoncia invisible, quedan más que satisfechos. No solo ofrece excelentes resultados, además, ofrecen un beneficio estético inigualable por otras ortodoncias, ya que la invisibilidad de las férulas, no se advierten salvo que te acerques demasiado.

 

 

 

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