Comprar anillos de plata para mujer y pulseras de plata de ley es tan sencillo como hacer un par de clics en joyerías online como Möm. Sin embargo, escoger el modelo de colgante o la combinación que más favorece a nuestros rasgos es una tarea bastante más delicada. Y es que, según sean nuestras características físicas, hay determinadas joyas que nos ayudarán a lucir como una princesa mientras que otras, pues no tanto.
Dado que las joyas suelen lucirse siempre en contacto con la piel, el tono de ésta será uno de los principales indicativos a la hora de decantarse por un tipo de alhaja o de otra. Por lo general, los tonos de piel más bronceados suelen resultar favorecidos por el oro. Una gargantilla de este color o de este material, pendientes de caída larga de oro o los brazaletes, ahora que llega el verano y se lucen mangas más cortas, son la elección adecuada en este caso, combinados también con otras tonalidades como el resto de la gama de dorados, el rojo o los marrones terrosos, por lo que una combinación de oro y madera se convierte a todas luces en la fórmula ganadora. Además, cabe tener en cuenta que el verano oscurece la piel. Es decir, que el verano es tiempo de oro.
Los brazaletes y pulseras también son un indicativo perfecto para observar qué tipo de joyas son las que más sacan partido a nuestra piel. Y es que se pueden identificar dos tipos de piel a partir del color de las venas de la muñeca: las venas azuladas se corresponden con tonos de piel denominados como “fríos” y las venas de color verdosos con pieles de tono “cálido”. En el primer caso, el predominante en Europa, incluidos los países mediterráneos, y por lo general unido a una tez tendente al rosado, con ojos que pueden variar del azul claro al marrón oscuro, los metales más indicados son la plata, el platino y el oro blanco, que pueden aparejarse a perlas blancas y diamantes, así como a pedrería de tonos azules, rojos, rosas, púrpuras y magenta. Para las pieles cálidas, en su mayoría unidas a una tez algo más amarillenta o dorada, con cabello pajizos, rubios y anaranjados, e incluso castaño claro, los metales más adecuados son en cambio el oro, el peltre, el latón y el cobre, combinados con materiales como el coral, las perlas de matices dorados y engastes de color tierra y marrones, naranjas, verdes, amarillos, color melocotón, coral y turquesa.
Para aquellas joyas que comparten espacio visual con el cabello, las reglas que rigen las combinaciones no son exactamente las mismas. Un cabello de color castaño u oscuro, encuentra en la joyería de oro un excelente contrapunto estético, acompañado de otros materiales de tonos ocres y dorados como el ámbar. Por el contrario, si tu cabello es rubio o de color castaño claro, la plata es la opción ideal, unida a colores fríos como el azul o el gris. Y para las pelirrojas, este es su día de suerte: las combinaciones abarcan un amplio espectro de posibilidades a su gusto. Si acaso, el color más indicado para las joyas es, en este caso, el oro, sobre todo en pendientes de aros grandes y colgantes de buen tamaño. Para los collares y los anillos, la plata es una apuesta segura. Claro que siempre hay que tener en cuenta que juntar en un mismo conjunto joyas de oro con joyas de plata provoca que el efecto quede en exceso recargado –un defecto que, por supuesto, afecta a cualquier tipo de piel o de cabello-. Sin embargo, volviendo a las circunstancias de las pelirrojas, los rubíes y por extensión cualquier pedrería o material de tonos rojizos sería abusar, por aquello de la redundancia y el empacho de un solo color.
La estatura es otra cuestión candente para la elección de una u otra joya. Para las mujeres de baja estatura deben tener en cuenta que los colgantes y collares que caen en forma de V hasta debajo del pecho contribuyen a estilizar la figura. En cuanto a las pulseras, conviene llevar varias pulseras estrechas que una sola ancha, que crea un efecto poco armónico sobre la estética general del cuerpo. Las formas geométricas y en dirección ascendente en los pendientes hacen que la mirada de la pareja fluya en esa misma dirección, creando una sensación de altura. Para las mujeres altas, por su parte, las gargantillas componen una ilusión que corta el cuello y disminuye la sensación de altura, con las perlas y la pedrería como materia predilecta. Las pulseras demasiado delicadas no casan bien con su figura, aunque el resto de opciones se ajustan sin problemas a su estilo. Para los pendientes, hay que decantarse por las dimensiones visibles: los pendientes pequeños pueden parecer perdidos entre tanto centímetro.